Proyecto Mexico Indigena: Geografos de la Unversidad de Kansas se apropian de informacion de Territorios con fines militares

En Oaxaca: la historia de una engaño

Raymundo tiene 21 años y es originario de Yagavila, Oaxaca, aunque vive en Guelatao de Juárez. El siguiente testimonio relata su participación en el proyecto México Indígena, llevado a cabo en la sierra oaxaqueña por geógrafos de la Universidad de Kansas, para apropiarse de información sobre el territorio.

Desinformemonos

Testimonio recogido en Guelatao de Juárez por Marcela Salas Cassani

Los gringos llegaron a la sierra por mediación de Gustavo Ramírez (biólogo zapoteco de la región de Ixtlán) e hicieron contacto con Jaime Martínez de la fundación Comunalidad. Durante algunos días lo visitaron y conversaron con él. Yo tuve conocimiento de su presencia cuando bajé al comedor de doña Jael, pues ahí estaban comiendo, pero hasta entonces no los conocía. Después platiqué con Jaime y me comentó que los gringos tenían la intención de mapear territorios de algunas comunidades de nuestra región.

Me imagino que a través de Jaime estos gringos se relacionaron con la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca (UNOSJO SC) y desde aquí empezaron a operar sus planes. Se organizó el acercamiento con las comunidades de El Rincón Alto, una micro región de la sierra zapoteca donde la Organización tiene mucha influencia. Así fue como nos invitaron a mí y a mi hermano a participar en un curso llamado “Cartografía participativa”. Nosotros nos anotamos para tomarlo y entonces nos llevaron a Yagavila, una comunidad ubicada aproximadamente a 7 u 8 horas de la ciudad de Oaxaca. En Yagavila tuvo lugar una reunión con autoridades municipales de varias comunidades, entre ellas, Tiltepec. En la reunión “los güeros” se presentaron y dijeron ser ciudadanos de los Estados Unidos de América, que se dedicaban a realizar investigaciones para la Universidad de Kansas y que trabajaban en conjunto con la Universidad de San Luis (Potosí) en un proyecto llamado México Indígena. Tres estudiantes mexicanos de la Huasteca Potosina venían con este grupo de geógrafos. Había algo curioso, también venía con ellos un estudiante de antropología.

Peter Herlihy hizo una breve exposición donde nos explicó las “buenas intenciones” del proyecto, que eran las siguientes: 1.- Que los pueblos indígenas tuvieran un mapa de su territorio para defenderse de cualquier invasión, 2.- Que cada comunidad documentara los usos que daba a su territorio comunal, 3.- Que gracias a este mapa, las comunidades ya no serían presionadas por el Programa de Certificación Territorial (PROCEDE) para privatizar sus tierras.

Herlihy también nos platicó las ventajas de que nuestras comunidades poseyeran un mapa de sus territorios; según él, la cartografía no era cosa nueva pues nuestros ancestros habían diseñado mapas que les ayudaban a ubicar sus territorios.

Las autoridades de cada comunidad hicieron una asamblea para consultar con sus comuneros si se permitía la entrada a los geógrafos a sus territorios. Hasta este momento se había dicho que no se empezaría a mapear enseguida. Lo que pretendían los gringos, según lo plantearon, era formar cartógrafos comunitarios, para lo cual solicitaron que las asambleas nombraran a jóvenes interesados en aprender a usar el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés). Los voluntarios debían asistir a cursos en las instalaciones de la UNOSJO en Guelatao. Así sucedieron las cosas.

Mi hermano y yo asistimos al curso con otros compañeros de Zoogochí y Tiltepec. Nos enseñaron a utilizar los GPSs y nos pusieron a practicar tomando coordenadas en algunos puntos de Guelatao. Toda esa información que recogimos la guardaron en sus computadoras. Durante el curso, los gringos dijeron que querían que las personas de las comunidades aprendiéramos a usar estas herramientas para que en el futuro pudiéramos mapear nuestras tierras nosotros solos.

El segundo día del curso, nos pidieron plasmar un bosquejo del territorio de nuestra comunidad en rota folio. Los compañeros empezaron a dibujar los límites territoriales de su comunidad y nosotros pensamos que sería más prudente hacer el bosquejo de la zona poblada, ubicando casas, caminos e instituciones de la comunidad. He aquí otra cosa curiosa: el trabajo que expusimos no fue muy del agrado de los geógrafos; tal vez lo que esperaban era conocer todo nuestro territorio ya que además, querían que los lugares mencionados los manejáramos en nuestra lengua zapoteca. Tenían especial interés en saber cuáles eran nuestros sitios sagrados.

Después del curso, los geógrafos visitaron nuevamente las comunidades para solicitar permiso y empezar el trabajo de cartografía en los territorios indígenas. Las comunidades de Zoogochí y Yagavila determinaron que no apoyarían este proyecto, pues no les agradó la idea de que los extranjeros conocieran sus tierras. Se tiene noticia de que en otros pueblos de la sierra se ha padecido el robo de plantas medicinales, las cuales son después patentadas en los países industrializados, negando así el reconocimiento a la biodiversidad de los pueblos indios.

Sólo el pueblo de Tiltepec aceptó la implementación del proyecto México Indígena. Más tarde lograron la simpatía de Yagila. Yo dejé de tener contacto con los gringos desde que Yagavila interrumpió su participación con el proyecto. En los momentos que convivimos con ellos pudimos percibir de algún modo, sus malas intenciones. Sospechábamos que algo raro existía detrás de este proyecto, sentíamos desconfianza.

Cuando terminaron su trabajo en Yagila y Tiltepec visitaron nuevamente las comunidades que no quisieron participar en la primera etapa. Trataron de convencer a las comunidades para que se involucraran en el proyecto, argumentando que quienes sí habían participado obtuvieron grandes beneficios.

Con la intención de ganar la confianza de los pobladores, los gringos mencionaron a Aldo (coordinador de la UNOSJO) como un colaborador de confianza para el trabajo realizado en Yagila y Tiltepec, lo cual generó muchas dudas en torno a la ética de los geógrafos, ya que Aldo no había contribuido para nada en esa labor.

Se investigó a estos gringos y en el 2009 se publicó un boletín denunciando que las comunidades del Rincón Alto de la sierra habían sido víctimas de un acto de geopiratería por parte de la Sociedad Geográfica Americana, de ese boletín resalto lo siguiente:

“La UNOSJO S.C. inició una investigación para saber qué había atrás del Proyecto México Indígena, dándonos cuenta que el proyecto es parte de una investigación geográfica mayor que se llama Expediciones de Bowman, auspiciada y financiada por la Oficina de Estudios Militares Foráneos (FMSO, por sus siglas en inglés). La FMSO proporciona información a una base de datos mundial que es parte integral del Sistema del Terreno Humano (HTS, por sus siglas en inglés), una estrategia de contrainsurgencia del ejército de los Estados Unidos de América que están aplicando con pueblos indígenas y que ha sido diseñada por la FMSO.

La idea que está atrás del HTS consiste en emplear científicos sociales (en su mayoría antropólogos) para mejorar la eficacia del ejército estadounidense. Los antropólogos darían a los comandantes militares un mejor conocimiento de las dinámicas locales. Los equipos están encargados de mapear estructuras sociales y conflictos hablando con líderes locales e identificando a enemigos y aliados potenciales. Todo es parte de la doctrina de contrainsurgencia más eficaz del general David Petraeus. Para su trabajo, los equipos del HTS usan una base de datos global, la Biblioteca Mundial de Información Básica (WBIL, por sus siglas en inglés).”

Cuando tuve noticia de estas cosas que sucedieron en mi región y de alguna manera en mi comunidad, empecé a recordar las sospechas que teníamos cuando ellos llegaron a nuestra tierra ofreciendo su proyecto. En otro párrafo del boletín de prensa se hace un análisis sobre la coincidencia espacial y temporal del proyecto México Indígena con el brote de un movimiento social en la ciudad de Oaxaca.

El equipo de geógrafos llegó a Oaxaca para iniciar sus investigaciones en el verano del 2006, justo cuando se formaba la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). La APPO se menciona en los reportes que el equipo México Indígena mandó al FMSO. También se menciona en esos reportes que las comunidades de Zoogochí y Yagavila, suspendieron su cooperación con los geógrafos por ‘el apoyo de unos simpatizantes de la APPO’. Si vemos el enfoque que tiene la FMSO en relación con la contrainsurgencia, entonces no parece coincidencia que la llegada del equipo México Indígena haya coincidido con el crecimiento de la APPO en Oaxaca, máxime cuando el Comando Conjunto de las Fuerzas de Estados Unidos ha declarado que México está en una posición de vulnerabilidad similar a la de Pakistán, que podría sufrir un colapso rápido y repentino, y que demandaría una respuesta estadounidense. Las otras expediciones de Bowman se han realizado precisamente en lugares donde existe insurgencia y también interés estratégico de los Estados Unidos como Colombia, Kazajstán y Jordania.

A mí me dio mucho coraje saber que los gringos nos hicieron una mala jugada, porque al principio nos presentaron el objetivo de su investigación como un deseo de apoyo a las comunidades indígenas para la preservación de su territorio y su cultura. Criticaron la privatización, hablando de “los efectos individualistas del neoliberalismo”, incluso se mostraban como simpatizantes del movimiento que se estaba dando en Oaxaca. Aunque un poco tarde, nos dimos cuenta que el proyecto ideológico de las Expediciones de Bowman consiste en la privatización de las tierras comunales como parte de una estrategia neoliberal y contrainsurgente más amplia que se está instrumentando en varios países.

Los serranos sabemos que no es posible saber cuándo y para qué será usada la información sobre nuestro territorio. Sin embargo, hemos demostrado que los indios somos capaces de defendernos y que seguiremos reclamando el respeto a nuestra dignidad.....
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