Al pueblo de México
a los pueblos del mundo
a los medios de comunicación
a los organismos NO
GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS derechos humanos
a las organizaciones POPULARES Y
REVOLUCIONARIAS
¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!
Este primero de mayo cumplimos
como partido revolucionario veintiún años de lucha por el socialismo bajo el
nombre de Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular
Revolucionario (PDPR-EPR), sin embargo, nuestra trayectoria como fuerza
revolucionaria no inicia con estas siglas, se remonta a los primeros años de la
década del sesenta del siglo pasado, es decir, 53 años de persistir en la lucha
armada revolucionaria en México al lado de nuestro pueblo.
El PDPR-EPR es la continuidad
histórica de la Unión del Pueblo (UP), en consecuencia, 1964 es la fecha formal
de nuestro surgimiento con fuertes vínculos en combativas luchas estudiantiles,
populares, campesinas, indígenas y de profesionistas; el origen también nos
remite a la resistencia en la prisión política. Experiencias en las que se
combinó la lucha política-jurídica, la popular-agraria vinculadas a la
autodefensa de las masas, que en su desarrollo evolucionaron a la conformación
de frentes multisectoriales con contenido y dirección clasista; tiempos de
elevada agitación y activismo político, vivencias políticas organizativas de
lucha que dan origen a los primeros núcleos de militantes de profesionales de
la revolución vinculados estrechamente a las masas trabajadoras.
Los primeros núcleos de
profesionales de la revolución que dan origen y desarrollo al partido, se
conforman y organizan en la clandestinidad y semiclandestinidad con la firme
convicción de hacer la revolución socialista como un proyecto de vida, de parte
de todos y cada uno de quienes lo conformamos.
Formación del partido y
preparación de la militancia que se da bajo el acoso de corporaciones
policíacas del orden estatal y federal en estrecha coordinación con el ejército
mexicano, que juntos formaban parte del aparato especializado en perseguir,
ubicar y eliminar a los revolucionarios. Ente represivo que toma forma en la
Dirección Federal de Seguridad (DFS), batallones especializados de militares
contrainsurgentes y la paramilitar Brigada Blanca (BB).
Nuestra persistencia en la lucha
revolucionaria se debe al principio político de la clandestinidad, enseñanza
histórica que ilustra que ningún grupo revolucionarios puede sobrevivir aislado
de las masas y el principio de la clandestinidad.
Desde un inicio de nuestra
actividad política revolucionaria, antes y una vez agrupados como profesionales
de la revolución, conducimos nuestra práctica en los principios de organización
leninista que rigió la prensa escrita, bajo ese principio emitíamos volantes,
manifiestos, denuncias, declaraciones, posicionamientos de coyuntura o etapa y
la elaboración de un periódico, publicaciones en las que hacíamos énfasis en el
llamado a la unión popular y se signaban como UP, por lo consiguiente, los
sectores organizados y en lucha, así como el movimiento revolucionario
empezaron a reconocernos y nombrarnos con esas siglas.
Los principios que rigen la vida
de una organización revolucionaria definen su carácter, objetivos y la forma de
conseguirlos, máxime cuando emergen en el seno y fragor de la lucha de clases,
en la cual estábamos presentes con nuestra práctica revolucionaria, adoptamos
el nombre de Unión del Pueblo porque sin ésta no hay posibilidad de triunfo en
la lucha contra los explotadores.
La funcionalidad orgánica, el
estudio del marxismo, dirigir y estructurar la voluntad popular de combatir
desde la clandestinidad cohesionan las estructuras con que contábamos y se
crean nuevas en distintas regiones del país, alcanzamos un desarrollo
dialéctico que va de grupo a organización y de ésta a partido como resultado de
la acción sistemática del binomio indisoluble de teoría-práctica.
Acontecimiento que se revela como
un hito en la historia específica para nuestro proyecto, pero a su vez, lo
constituyó para el conjunto del movimiento armado revolucionario en el país, la
conformación e irrupción pública mediante la propaganda revolucionaria de
nuestro partido: Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo
(PROCUP), que puso en el campo de la lucha ideológica, a mediados de la década
del ochenta, la validez de la lucha armada revolucionaria como la vía para transformar
la sociedad capitalista en socialista, tesis que se plantea desde una
organización armada revolucionaria que había persistido de manera
ininterrumpida en la vida política del país, es decir, nuestro partido.
La existencia de nuestro partido
era secreto a voces que corría por las naves y pasillos de las fábricas,
callejones y barrios de las ciudades capitales y municipios, en los rutas-100,
chimecos y estaciones del metro, escuelas de todos los niveles, llegó allende
las fronteras aún sin la internet.
Fuera del país surgían
interrogantes sobre nuestra existencia, México, el formal firmante de cuanto
tratado internacional en materia de derechos humanos que existe, el
"pluripartidista", el "democrático", paraíso de asilados
políticos y de organizaciones armadas revolucionarias de pueblos hermanos... En
ese "paraíso de la democracia" existe la guerrilla, ¿cómo es posible
que exista un partido revolucionario, guerrillero, insurgente? ¿Cómo? se
preguntaban, sencillo, producto del desarrollo de la lucha de clases y fuertes
convicciones revolucionarias que es hacer de la revolución proyecto de vida.
Desde nuestros inicios promovimos
la necesidad de la unidad revolucionaria como tarea estratégica de la
revolución, por el propio desarrollo del país las fuerzas de ésta surgieron
dispersas y atomizadas, la lucha exigía coordinación y unidad, con algunas lo
logramos, no sin superar escollos y divergencias propios del proceso, que se
tradujo en la incorporación de revolucionarios de diferentes procesos
organizativos, entre ellos algunos de los sobrevivientes del Partido de los
Pobres (PDLP), que en reconocimiento a la lucha que había librado éste y el
profesor comandante Lucio Cabañas Barrientos adoptamos el nombre de
PROCUP-PDLP.
Es pertinente señalar que desde
su ingreso al partido con los compañeros sobrevivientes del PDLP nunca tuvimos
problemas de actitudes escisioncitas, sino que éstas afloran tiempo después en
los sujetos descompuestos y quebrantados ideológicamente, que han utilizado
dichas siglas para sus mezquinos intereses y que al paso del tiempo ha cobrado
la vida de jóvenes que anhelaron incorporarse honestamente a la lucha
revolucionaria.
A mediados de los años noventa en
el contexto del desarrollo y consolidación de los pilares de la revolución
formalizamos el ejército del pueblo que se objetiva en el Ejército Popular
Revolucionario (EPR) y a la vez adoptamos el nombre de Partido Democrático
Popular Revolucionario (PDPR), bajo estas siglas continuamos librando la lucha
contra el poder burgués en la presente etapa de nuestra historia. Nuestro
partido y ejército, insistimos, la raíz histórica nos remonta a 1964, y no se
remite a fechas coyunturales o acciones tácticas.
En el 2000 realizamos en la
clandestinidad el primer congreso formal de nuestro partido donde se ratifica
el nombre de PDPR-EPR; se retoman los tres objetivos históricos de lucha de
nuestro pueblo; la estrategia y táctica de Guerra Popular; los principios de
organización y dirección leninista; el marxismo como la herramienta
teórica-práctica para hacer la revolución; y la metodología de construcción
revolucionaria.
Son 17 años de unidad y
fraternidad revolucionaria, porque el congreso significó un hecho invaluable en
nuestra historia que permitió la ratificación individual y colectiva por la
senda de la revolución socialista donde confluimos diferentes generaciones de
revolucionarios que nos identificamos en la estrategia, la táctica y el método;
el congreso definió la militancia y ruta revolucionaria, nos unificó en teoría
y práctica, determinó las tareas estratégicas de la presente etapa, entre ellas
la reorganización de nuestro partido.
En esta etapa de reorganización y
construcción de los pilares de la revolución jugaron un papel importante
nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, dos
militantes conocidos por su congruencia entre el decir y hacer que hasta la
fecha lo siguen demostrando, cualquiera que sea su circunstancia, porque en ese
proceso de reorganización del partido y el ejército del pueblo fueron detenidos
desaparecidos por el aparato represivo el 25 de mayo de 2007 en la ciudad de
Oaxaca.
La detención desaparición de
nuestros compañeros nos puso de frente al terrorismo de Estado como política de
gobierno, que a la fecha ha cobrado cientos de miles de víctimas en
desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, las cuales en ese
momento eran negadas no sólo por el Estado, sino también por quienes se
reputaban como militantes de izquierda, así como medios de comunicación que se
definían como progresistas. Pero más perversos fueron aquellos que envestidos
en la defensa de los derechos humanos negaron la solidaridad al poner trabas
burocráticas para denunciar este crimen de lesa humanidad.
Ante el terrorismo de Estado como
política de gobierno cobra necesidad estratégica la autodefensa armada
revolucionaria, a través de ella exigimos la presentación con vida y libertad
de nuestros camaradas. El tiempo confirma que ante el terrorismo de Estado hay
que organizar y generalizar la autodefensa armada de las masas, porque si en
los hogares proletarios no hay paz tampoco la debe haber en los burgueses.
La detención desaparición de
nuestros compañeros fue por su condición de revolucionarios, es decir, por
eminentes motivos políticos y al mismo tiempo confirma que el autor intelectual
y material de este deleznable crimen de lesa humanidad es el Estado, éste a
través del aparato represivo y sus agentes es quien ha cometido los cientos de
miles de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales que desangran al
pueblo trabajador.
Hoy, este primero de mayo
saludamos de manera fraterna y revolucionaria a simpatizantes, colaboradores,
combatientes y militantes de nuestro partido y ejército PDPR-EPR. En el
presente va el reconocimiento al esfuerzo que cada cual realiza de acuerdo a su
grado de disposición, compromiso y consciencia. A 53 años ¡Estamos presentes!
¡PRESENTACIÓN CON VIDA DE TODOS
LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS DEL PAÍS!
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS
QUEREMOS!
¡JUICIO Y CASTIGO A LOS
CRIMINALES DE ESTADO!
¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS
POLÍTICOS!
¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS
PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!
COMITÉ DE PRENSA Y PROPAGANDA DEL
PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
Año 53
República mexicana, a 1 de mayo
de 2017
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