Infieles,
bomba,
ántrax… Es muy posible que al escribir estas palabras haya activado algunas claves del software de Windows, y que, a partir del acuerdo que desde 2007 tiene Microsoft con la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), algún inquisidor burócrata dedicado al fisgoneo y la recolección de datos en el complejo aparato policial y de espionaje mundial masivo de la administración Obama me haya clasificado como una
amenazapara la seguridad de la superpotencia y, como advirtió Edward Snowden, literalmente esté observando cómo formulo mis ideas mientras tecleo esta nota.
Desde el pasado 6 de junio, cuando los diarios The Guardian y The Washington Post develaron que la NSA y otras agencias de la
comunidad de inteligenciade Estados Unidos tienen acceso directo a contenidos de usuarios de redes sociales y programas de los sistemas de Google, Facebook, Apple, Microsoft, Yahoo!, AOL, Skype, YouTube y PalTalk, fue surgiendo un alud de información y filtraciones sobre lo que muchos sabían y la mayoría sospechaba. De lo revelado por Snowden a ambos periódicos, lo novedoso fue el nombre PRISMA del programa ultrasecreto de la Agencia de Seguridad Nacional (especializada en espionaje electrónico y vigilancia de servicios de comunicación, y vinculada al Cibercomando del Pentágono establecido en 2009, que dirige el general Keith Alexander, también jefe de la NSA), su alcance planetario y la fecha de inicio: 2007.
Poco a poco fueron saliendo a la luz pública datos que comprueban la complicidad colusiva entre la Casa Blanca y los poderes Legislativo y Judicial a espaldas de la ciudadanía estadunidense, así como los acuerdos secretos ciberorwellianos entre el gobierno de Barack Obama y su aparato militar y de seguridad con los servidores de los nueve grandes proveedores de Internet, lo que a partir de sofisticados proyectos no identificados ( The New York Times develó que algunas empresas
cooperancon los programas de vigilancia del gobierno y accedieron a desarrollar
medios técnicos más eficientespara compartir los datos personales de los usuarios extranjeros), permiten al Gran Hermano registrar los nombres, direcciones, fotografías, audios, videos, historial de comunicaciones y archivos completos de mensajes electrónicos de millones de personas en el orbe.
PRISMA es un programa relativamente menor de un esfuerzo mucho más amplio de recopilación de información electrónica, que incluye satélites, submarinos, drones y al avión experimental X-37. La propia NSA fue autorizada por el gobierno de George W. Bush a conectarse de manera furtiva con los cables de fibra óptica que entran y salen de Estados Unidos, y sin autorización de orden judicial alguna viene monitoreando las conversaciones telefónicas privadas de los estadunidenses, sus correos electrónicos, conferencias por video, chats, blogs, páginas de Internet y transacciones bancarias.
En marzo, The Wall Street Journal reportó que el gobierno estaba promoviendo un proyecto de ley que ampliaría el acceso de los servicios de inteligencia a los datos bancarios de los ciudadanos en caso de
amenazaa la seguridad nacional. Según un documento del Departamento del Tesoro, la Red de Combate al Crimen Financiero (Fincen, en inglés), podría obligar a las compañías a informar sobre clientes sospechosos de lavado de dinero.
relaciones similarescon compañías proveedoras de tarjetas de crédito.
una forma moderna de fascismo.
Blackwater digital, lo bautizó el ex director de la NSA, Michael Hayden− como Booz Allen Hamilton, la empresa para la que trabajó Snowden, hoy controlada por el Grupo Carlyle, y viene a configurar el panóptico anticipado por Jeremy Bentham en el siglo XVIII y descrito por Foucault en Vigilar y castigar (1975).
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