Hace un año, mientras analizábamos con algunos compañeros del Módulo de Desarrollo Comunitario de la Sierra de Coyuca de Catalán la conveniencia de organizar un taller de carpintería para aprovechar los recursos maderables de que disponen, nos enteramos de una noticia dolorosa: el Comandante Insurgente Ramiro del ERPI había muerto. Poco después confirmamos la noticia y supimos que paramilitares financiados por el cacique Rogaciano Alba Alvarez y dirigidos por Cayetano Alvarado Palacios, alias “El Cuche Blanco” habían sido sus asesinos, en una cobarde emboscada con rifle en ráfaga.
Nosotros, el TADECO, en nuestra calidad de adherentes a La Otra Campaña, desde nuestra modesta trinchera de lucha civil y pacífica, desde abajo y a la izquierda y con toda nuestra digna rabia, nos solidarizamos con nuestros hermanos del ERPI en ésos momentos de duelo e hicimos nuestra su denuncia, en el sentido de que “Los asesinos de Ramiro son todos los vende patrias de siempre, los liquidadores de empresas estatales y de los contratos y conquistas laborales del pueblo trabajador. Son los mismos feminicidas, son los que despojan campesinos, indígenas y migrantes.
Son los que masacran a pueblos enteros en Aguas Blancas, Acteal, El Charco o el Bosque; son los que persiguieron, desaparecieron, torturaron, encarcelaron y mantienen como rehenes a presos y desaparecidos políticos como los zapatistas, los eperristas, los erpistas, los luchadores sociales de Atenco, de Campeche, de Morelos, de Guerrero, de Veracruz y Chiapas. Sus métodos de ejecución son las mismas cobardes emboscadas, la ocupación de comunidades, el allanamiento de las casas, el rastreo aéreo y de comunicaciones. Son la derecha de todo tipo que en Guerrero es tan panista, como priísta y perredista. Son los fascistas neoporfiristas… … son los grupos del narco enraizados en los distintos niveles de gobierno que hemos denunciado por sus crímenes contra luchadores sociales. Pero son también parte de los mismos militares que en otras zonas de la tierra caliente y de costa grande persiguen, encarcelan, asesinan a jóvenes y agravian a las comunidades como lo hace el ejército de la mano de los caciques y con el apoyo del gobernador en las comunidades de Las Ollas y en tantas otras.“
Ahora, al paso de un año, estamos aquí, en esta modesta trinchera que significa para nosotros nuestro módulo de información, cultura y denuncia en la Plaza Cívica de Chilpancingo, rindiendo un sencillo pero sentido homenaje a este joven que con el corazón en la mano y lleno de sus mejores ideales en la conciencia, fue capaz de ofrendar su vida por nuestro pueblo, por darle una vida digna y por construir un mundo mejor. El Comandante Ramiro, con escasos estudios académicos, legó a nuestro pueblo mejores y mayores enseñanzas que los políticos inflados por voluminosos y espurios currículums diseñados para escalar los corruptos escaños del poder político, tan alejados de la realidad popular.
No nos importa que la mala inteligencia de los agentes del Estado mexicano pretenda inventar o encontrar falsos vínculos de nuestra asociación con el ERPI, pues no los va a encontrar ni física ni materialmente, porque su soberbia ceguera entronizada en las altas esferas del poder, nunca podrá entender que en la batalla por una Patria Nueva los vínculos entre quienes luchamos abajo y a la izquierda por pan, trabajo, justicia, democracia y libertad, entre nosotros, los compañeros de las organizaciones consecuentes y nuestros hermanos del ERPI pues, están firmemente enraizados en nuestras conciencias, en nuestros corazones y en nuestra digna rabia y son más firmes que todas sus fuerzas contrainsurgentes juntas.
No nos importan tampoco la indiferencia ni las graciosas concesiones retóricas y demagógicas de los mesiánicos burócratas de los partidos comparsas del sistema capitalista y pilares del Estado Mexicano, que en su momento se deslindaron y denostaron al Comandante Ramiro, pero se mantuvieron siempre al asecho como aves de rapiña, para capitalizar en votos el trabajo de masas concienzudo, comprometido y verdaderamente de izquierda del Comandante Ramiro y sus compañeros de causa.
Y tampoco nos importan las posibles críticas de quienes desde posiciones principistas y puristas, alimentadas por la enfermedad infantil del izquierdismo, quieran ver en este modesto homenaje un acto de oportunismo y haciendo eco a la estigmatización gubernamental de nuestro trabajo, nos repitan sus infundadas acusaciones de mercantilizar la lucha social. Que no se desgasten ni se den baños de pureza, nosotros no cobramos en ninguna nómina oficial.
Estamos aquí de manera humilde y sencilla, reivindicando al Comandante Ramiro, no porque pretendamos hacer una exhaltación de la lucha armada, nosotros luchamos por la vida y no por la muerte, luchamos por una vida digna y por los derechos humanos como herramientas para el cambio social y la construcción de una nueva sociedad. No pretendemos prestigiarnos a costa de nadie, ni hablar a nombre de nadie ni apropiarnos del trabajo de nadie; estamos aquí porque tenemos el corazón bien puesto: abajo y a la izquierda y desde ahí nos identificamos con las causas que motivaron la lucha del Comandante Ramiro.
El Comandante Ramiro, con sus defectos y sus virtudes, con sus aciertos y sus desaciertos, como humano que fue pues, representa el ideal de la lucha de miles de guerrerenses y millones de mexicanos por construir una organización popular desde abajo y a la izquierda, construir un Programa Nacional de Lucha, por destruir el Estado capitalista y Neoliberal, por integrar un nuevo Constituyente y una nueva Constitución y levantar una Patria Nueva, con gobiernos que manden obedeciendo al pueblo. El Comandante Ramiro luchaba contra el despojo, la explotación, la represión y el desprecio que son el signo de la política antipopular del Estado Neoliberal; no quería cambiar de gobierno, quería cambiar el sistema. El Comandante Ramiro es y debe ser un modelo a seguir para la juventud mexicana, un ejemplo del Hombre Nuevo que lucha por sus ideales. El Comandante Ramiro es la imagen del auténtico luchador social que incomoda a los poderes fácticos y formales porque enarbola antes que cualquier otra, un arma poderosa: la verdad
La lucha del Comandante Ramiro, dio esperanza, perspectiva de futuro e iluminó la oscuridad de pobreza, marginación y exclusión en que viven miles de guerrerenses en La Sierra, La Montaña y los barrios pobres de las zonas urbanas de la entidad. Orientó la autodefensa y la lucha autogestiva de muchos pueblos por darse seguridad, defender sus recursos naturales y abrir oportunidades de trabajo, salud, educación y cultura, por defenderse del sistema pues, de su Estado, de sus fuerzas represivas, de sus caciques y paramilitares.
Aunque nuestros caminos en la lucha popular aun no convergen, de manera honesta les decimos a nuestros compañeros del ERPI que sentimos de todo corazón la muerte del Comandante Insurgente Ramiro. El Estado y su ejército quisieron vanagloriarse de este vil asesinato y gimiendo como hienas heridas se burlaron de su cuerpo mostrándolo como un falso botín de una guerra que saben que están perdiendo conforme avanza la organización, la conciencia y la lucha del pueblo. Por eso nos ha parecido justo hacer este esfuerzo de reivindicación del Comandante Ramiro y junto con otras organizaciones hermanas aquí presentes, nos comprometemos a darle una tumba digna y a enaltecer su imagen, como uno de los mejores hijos del pueblo que es y será eternamente. Sin duda su siembra ha abonado el surgimiento de muchos Ramiros, tantos como serán necesarios para forjar la Patria Nueva a la que aspiramos.
Continuamos exigiendo al Gobierno federal y a los gobiernos estatal y municipales, el respeto a las comunidades, pueblos, organizaciones y familiares del Comandante Insurgente Ramiro en la región de la Sierra, donde continuaremos aportando lo mejor de nosotros, desde nuestra trinchera de La Otra Campaña, como lo hacemos en otros lados también, en la entidad.
En homenaje al Comandante, terminamos recordando parte de una cita del Presidente Mao Tsé Tung: “Todos los hombres han de morir, pero la muerte puede tener distintos significados… "Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que una montaña ( ) o menos que una pluma." Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que una montaña; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma.
El Comandante Insurgente Ramiro murió por los intereses del pueblo y su muerte tiene más peso que una montaña.
¡¡ HONOR Y GLORIA ETERNA AL COMANDANTE INSURGENTE RAMIRO DEL ERPI!!
¡¡ PORQUE GUERRERO TIENE HISTORIA:
POR LOS CAMINOS DEL SUR, LA OTRA CAMPAÑA VA !!
TALLER DE DESARROLLO COMUNITARIO A.C.
Chilpancingo, Guerrero, 4 de noviembre del 2010
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