Honduras y Haití, también
El cuerno de la abundancia
navío de gran calado(léase la idílica versión calderonista de la economía mexicana) a duras penas promedió 1.56 por ciento en el periodo, el mismo durante el cual Haití, de por sí arruinado, fue devastado en 2010 por un terremoto, y aún así registró un crecimiento anual promedio de 3.24 por ciento.
México debería reportar tasas de crecimiento como las que ahora registran naciones como Panamá, Argentina y Ecuador, y sus habitantes gozar de niveles de bienestar cercanos a los de naciones desarrolladas, pero la realidad es cruel y a duras penas alcanza 1.5 por ciento como promedio anual, con ganas de empeorar. Reporta un
avanceincluso inferior a países como Honduras (2.24 por ciento tasa anual promedio en el último quinquenio), Belice (2.44), Haití (2.22) y Guatemala (2.58). Eso sí, puede
presumirque supera al comportamiento económico salvadoreño (0.6 por ciento en el lapso señalado).
Lo peor de todo es que el problema no se limita a un sexenio (aunque sucesivamente cada que se inicia uno resulta peor que el anterior), sino que acumula tres décadas cuando menos, durante las cuales el comportamiento económico mexicano ha ido de mal en peor, al igual que el bienestar de los mexicanos. De ahí la urgencia de replantear el modelo económico, de encontrar nuevas rutas, porque de no hacerlo el país, irremediablemente, caerá al precipicio, y ahora está muy cerca del borde. Si los candidatos a la silla grande se limitan a los discursos fatuos y repiten el numerito de prometer sin ton ni son, entonces agárrense.
En vía de mientras, va un repaso –cortesía de la Cepal– sobre el comportamiento económico del siempre bello Panamá, el más destacado en América Latina durante 2011: se prevé que la economía panameña crezca 10.5 por ciento, impulsada principalmente por la actividad interna, continuando así la tendencia de altas tasas que la han caracterizado en años recientes. Se estima que el sector público no financiero arrojará un déficit equivalente a 2 por ciento del PIB al cierre del ejercicio, similar al del año previo. El déficit de la cuenta corriente se situó en 7.3 por ciento del PIB a junio de 2011, en tanto el nivel de la deuda externa alcanzó 41.8 por ciento del PIB. El índice de precios al consumidor a noviembre subió 6.8 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, mientras la tasa de desocupación se situó en 4.5 por ciento en agosto, lo que supone una reducción de 2 puntos porcentuales respecto de la observada el mismo mes del año previo.
Después de un proceso de seis años, en octubre de 2011 el Congreso de Estados Unidos aprobó el tratado de libre comercio con Panamá, que se espera reforzará el intercambio comercial entre ambas economías. Gracias a este tratado los productos panameños entrarán al mercado estadunidense libres de impuestos y se facilitará la llegada de nuevas inversiones de ese país. Actualmente Estados Unidos es el principal socio comercial de Panamá, con un volumen de comercio total de alrededor de 50 por ciento de todas las importaciones y exportaciones panameñas (alrededor de 85 por ciento para el caso mexicano).
Las cifras preliminares indican que la mayor parte del crecimiento en 2011 se centró en cinco sectores que crecieron a doble dígito y que en su conjunto representan más de 50 por ciento del PIB. El sector del transporte y las telecomunicaciones creció más de 15 por ciento en el primer semestre de 2011, lo que se explica por las mayores exportaciones de servicios de transporte marítimo, el aumento del transporte aéreo al extranjero y la dinamización del sector de las comunicaciones. Por su parte, la construcción creció 17.3 por ciento, debido al conjunto de proyectos promovidos por el sector público no financiero y la autoridad del canal de Panamá. Se prevé que gran parte del dinamismo que caracterizó la economía panameña en 2011 continuará en 2012, año para el que, con todo y desaceleración, se vaticina un crecimiento de 6.5 por ciento, el doble que en México.
La inflación interanual a noviembre de 2011 fue de 6.8 por ciento. El mayor aumento se registró en el sector del transporte, con grandes alzas en el precio del combustible y el transporte público, además de los aumentos de precios de alimentos y bebidas Las tasas de desocupación y de desempleo abierto se situaron a agosto de 2011 en 4.5 y 2.9 por ciento de la población económicamente activa, respectivamente, lo que supone una reducción de 2 y 1.8 puntos porcentuales en comparación con las tasas registradas en el mismo periodo del año previo. Durante este mismo lapso la remuneración mensual media llegó a 802 dólares (más de 11 mil pesos mexicanos), lo que representa un incremento de 5.4 por ciento nominal respecto del mismo periodo del año anterior. El sector del comercio al por mayor registró la remuneración media más alta, pues fue de 989.9 dólares (casi 14 mil pesos), 3.2 por ciento más respecto del año anterior.
Las rebanadas del pastel
Y para animar la llegada del Año Nuevo, ayer el tipo de cambio trepó a 14.5 pesos por dólar.
observacionesa un decreto legislativo –avalado el 15 de diciembre– que demandaba la integración de un fondo de emergencia por 10 mil millones de pesos para los estados afectados por los fenómenos climáticos que se abatieron este año sobre buena parte del territorio.
observacionesimplican un retraso, por lo menos, en la aplicación de los recursos mencionados, y han sido interpretadas como el equivalente a un veto de la Presidencia al fondo avalado por la Cámara de Diputados.
En tal circunstancia, no parece haber justificación alguna para que el Ejecutivo federal posponga, en el mejor de los casos, o vete, en el peor, la aplicación del fondo de referencia: si en cualquier circunstancia sería inaceptable que las autoridades mostraran indolencia para atender los daños causados por fenómenos naturales, en el caso que se comenta tal actitud es potencialmente devastadora en términos económicos, sociales y hasta políticos, pues implicaría dejar a su suerte a millones de campesinos depauperados, permitir que continúe y se amplíe la devastación en extensas zonas y poner en riesgo la viabilidad del país en materia alimentaria.
Así pues, y ante la falta de explicaciones claras respecto de la conducta del Ejecutivo en este episodio, es inevitable preguntarse si el virtual veto presidencial a la ayuda de emergencia aprobada por el Legislativo es una prueba más de la cerrazón, la insensibilidad y la ceguera del grupo gobernante ante la desgracia que vive el campo, o si es parte de un designio por profundizar el abandono de los entornos rurales y reducir el sector agrícola al pequeño puñado de agroexportadores que se han visto ampliamente beneficiados por el modelo vigente. Como quiera, es necesario que los legisladores adopten las medidas necesarias para revertir la medida comentada, pues las consecuencias de no hacerlo podrían ser impredecibles y catastróficas.
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