El movimiento de estudiantes universitarios mexicanos, con conocimiento científico suficiente y conciencia crítica, es parte de ese movimiento mundial, y está desempeñando una función política profunda en este momento tan histórico que vive México.
Pienso que el movimiento nos interpela a todos los mexicanos, pero especialmente a las instancias representativas del Estado, a los partidos políticos (atados por sus contradicciones) y a los medios de comunicación monopólicos, antidemocráticos (2), con algunas propuestas que deseo indicar en este corto artículo. Creo que, en resumen, son tres.
La primera interpelación es que el movimiento se define como apartidista, pero sin embargo profundamente político. El partidismo sería la fetichización de un medio considerado como fin. El partido es una organización en vista del ejercicio de la representación: formando políticos, candidatos, programas de gobierno, proyectos de nación, etc. Son necesarios para la democracia. Pero el partidismo es la fetichización del partido. Si se lo constituye como un fin, si se lo instrumentaliza para lograr el interés egoísta y privado de sus miembros se niega el bien común. Su burocratización es su corrupción. Los sueldos de los representantes (desde diputado hasta presidente municipal) son jugosos, y corrompen desgraciadamente a muchos. Pero no optar por algún partido no es dejar de ser profundamente político. Y el movimiento es político porque asume la responsabilidad de limpiar una representación electoralera corrompida.
La segunda interpelación es correlativa de la primera. Porque es profundamente política y no corrompidamente partidista, exige el ejercicio ético de la política por medio de una democracia real, transparente; no cínica, aparente, hipócrita. La democracia no es sólo la elección de representantes. Además, cuando el representante se fetichiza intenta por cualquier medio (aún la guerra sucia por la propaganda calumniosa) ganar una elección
haiga sido como haiga sido. Es la corrupción ética extrema de la democracia, porque el
cómo(el modo como) alguien es electo constituye la esencia de la legitimidad, porque garantiza la participación simétrica de los electores. Y por ello, los estudiantes de comunicación del movimiento #YoSoy132 fueron a la esencia del proceso de la formación de la opinión pública (momento fundamental de la democracia) que hoy son los medios de comunicación. Si en un país (y es el caso de México) no hay libertad de medios de comunicación (empezando por la televisión que entre nosotros es monopólica, y corrupta por lo tanto) se puede “producir un candidatos” así como se produce por la propaganda la necesidad de una mercancía. Atacando el monopolio de la media el movimiento #YoSoy132 toca la esencia de la democracia en nuestra edad signada por la tecnología electrónica. Oponerse a un candidato producido como una mercancía por la televisión monopólica no es una opción partidista, sino esencialmente política. Los jóvenes intelectuales saben muy bien que apuntan al corazón del cinismo antidemocrático cobijado bajo la palabrería superficial de una aparente democracia.
mecanismo electrónico del fraudepor la
interferencia del sistema de cómputo del IFE(¿el famoso Hildebrando?), debido a que el mero azar no podía dar los resultados de la suma de la información de los cómputos que daba a conocer el indicado IFE. La programación electrónica estaba diseñada para que el PAN triunfara al final por el 1 por ciento. Hubo un traspaso sistemático de votos del PRI (de Madrazo) al PAN (a Calderón), y no como pudiera pensarse del PRD (de López Obrador) al PAN, además de un inmenso número de irregularidades en las mismas casillas (
a ras del suelo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Nos interesa conocer tu punto de vista para retroalimentarnos y así aprender juntos. DEJANOS UN COMENTARIO PORFAVOR