escudo humanoestadunidense John Ross (Nueva York, 1938), decano de los corresponsales en México, falleció ayer (lunes 17/enero) a las 8:58 horas en Santiago Tzipijo, Michoacán, después de luchar dos años contra el cáncer de hígado.
Ross, cuyo último libro se titula El monstruo: Dread and redemption in Mexico City, llegó a Casa Santiago, a orillas del lago, el pasado 31 de diciembre en un taxi, expresa Kevin Quigley, propietario de la casa de huéspedes con su esposa Arminda Flores, compadres del neoyorquino.
Dos días antes, amistades del periodista habían retirado sus archivos del cuarto que ocupaba en el hotel Isabel, de la ciudad de México, donde vivió desde la semana posterior a los temblores de 1985, para su resguardo temporal en la Cemanahuac Educational Community, en Cuernavaca.
Nunca dejó de contar a los gringos lo que pasaba en México.
Los articulistas Luis Hernández Navarro y Hermann Bellinghausen lo recordaron en sus colaboraciones (La Jornada, 11 de enero y 17 de enero, respectivamente).
El jazz fue muy importante en la escritura de su poesía, la cual era muy escénica y rítmica, comparte Bellinghausen, quien era muy cercano a Ross.
Su gran obsesión fue la guerra, todas las guerras. Tal fue su activismo que acabó perdiendo un ojo a causa de un acto de represión a palos por la policía de San Francisco, California, en una manifestación contra la guerra. Los últimos años tenía un ojo de vidrio.
Siempre combatió todas las confrontaciones bélicas de su país de origen.
Era uno de esos gringos avergonzados del belicismo del imperio, por lo que se convirtió en una importante figura incómoda en su país y de alguna manera lo era también en México.
Ross era un periodista independiente y le tocó vivir en México muchos cambios sociales, políticos y arquitectónicos.
En un principio se involucró muy rápido con el movimiento campesino de Michoacán. Fue un entusiasta de Cuauhtémoc Cárdenas en su camino al Gobierno del DF. Siempre simpatizó con Andrés López Obrador.
escudo humanocontra el bombardeo ordenado por George Bush, “aunque por su temperamento impulsivo y provocador el régimen de Hussein lo consideró persona non grata, lo echó del país y no pudo estar en el momento de la invasión”.
Esa ocasión aprovechó la oportunidad para denunciar y provocar una vez más.
sus libros sobre el zapatismo tienen como una de sus fuentes fundamentales la información de este diario.
Siempre fue un hombre de izquierda, en resistencia contra la guerra, Aunque pacifista, fue un hombre que siempre estuvo con la Revolución.
Vivió en Santa Cruz Teraco, muy cerca del lago de Pátzcuaro, donde cultivó un jardín, construyó una casa y se dispuso a escribir la gran novela estadunidense.
John jugó un papel relevante como puente informativo entre los movimientos sociales, las protestas ciudadanas y la información sobre los fraudes electorales en México y sus lectores en Estados Unidos.
John siempre se caracterizó por estar en el lugar de los hechos, por informar lo que veía, mezclando géneros; era un militante del nuevo periodismo. Consideró El monstruo...,
un gran fresco pintado al estilo de un mural con distintas escenas. una historia de la ciudad de México, Probablemente Rebelión desde abajo (1995) sea su libro
más conocido y reconocido.
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