Gran Bretaña triunfó en 1982 cuando los antiguos antagonistas libraron una guerra por la soberanía sobre las islas. Estaba en juego el orgullo nacional, junto con los sentimientos heridos de la era colonial y la lealtad de los propios isleños.
Esta vez, el enfrentamiento es por algo más tangible: el control de importantes reservas de petróleo y gas que podrían generar miles de empleos y miles de millones de dólares en las próximas décadas.
El ministerio del Exterior sostuvo que Argentina no puede controlar las aguas territoriales en torno de las islas, que Gran Bretaña llama "Falklands".
"No tenemos dudas sobre nuestra soberanía sobre las islas Falkland y tenemos muy claro que el gobierno de las islas Falkland tiene derecho a desarrollar la industria de hidrocarburos en sus aguas", dijo el ministro Chris Bryant en un comunicado.
Bryant insistió que Londres no se dejaría provocar. "Vigilamos estrechamente la situación, pero no vamos a reaccionar ante cada hecho que suceda en la Argentina", aseguró.
El parlamentario Andrew Rosindell, secretario de la comisión encargada de las islas, dijo que sería peligroso hacer caso omiso de la provocación argentina.
"Cualquier intento de la Argentina de reclamar cualquier tipo de derecho soberano sobre la región es algo que debemos tomar muy en serio", dijo. "No creo que debamos apaciguar a Buenos Aires, ya vimos la vez pasada lo que sucede".
Sin embargo, dijo que un nuevo conflicto militar es improbable porque Argentina sabe que no puede enfrentar con éxito a Gran Bretaña, que patrulla esas aguas con buques de la Marina Real.
"Es el típico discurso para ganar simpatías, pero saben que los británicos están preparados y que esta es una batalla que no pueden ganar".
Dijo que los comandantes de barcos deben hacer caso omiso de la decisión argentina cuando pasen de aguas internacionales al mar que rodea las islas, que calificó de aguas bajo soberanía británica.
Humphrey Maud, el primer embajador británico en Buenos Aires después de la guerra, dijo que el anuncio argentino es un suceso grave y preocupante que viola el acuerdo que condujo a la reanudación de relaciones diplomáticas.
Dijo que los argentinos apuntan a obtener una tajada de la riqueza petrolera del territorio, algo que en su opinión Gran Bretaña jamás aceptará.
"Tienen en su fuero íntimo un sentimiento muy grosero de que si hay petróleo allá, quieren una gran parte", dijo el diplomático retirado. "Estamos absolutamente convencidos de nuestro derecho y soberanía sobre las islas. Los isleños tienen el derecho absoluto de mantener las relaciones comerciales que les parezcan oportunas".
Ambos países protagonizaron un conflicto armado en 1982 por la soberanía de Malvinas.
En Argentina, el gobierno aseguró el miércoles que a raíz del decreto que restringe la circulación de buques entre el territorio continental argentino y el archipiélago, se hará "más difícil y más costosa" la exploración de hidrocarburos en la zona por parte de las empresas británicas de exploración de hidrocarburos.
El canciller argentino, Jorge Taiana, le planteará el próximo miércoles al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, la reivindicación del país sudamericano por la soberanía del archipiélago, dijeron a AP fuentes de la Cancillería que prefirieron no identificarse.
Taiana pedirá en ese encuentro que se cumplan las resoluciones de la ONU para que las dos partes se sienten a negociar por la soberanía de las islas.
El canciller se reunirá con el secretario de la ONU tras participar de la cumbre del Grupo de Río que se desarrollará en México entre este viernes y el martes próximo.
fuente:yahoo
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