La embestida del Grupo Atlacomulco
Rosalía Vergara
El gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quiere asegurarse de que su partido, el PRI, gane la gubernatura de esa entidad el próximo año porque eso lo acercaría a Los Pinos en 2012. Para ello, el oriundo de Atlacomulco mueve sus piezas y prácticamente tiene en su puño a los tres poderes, incluso recurriendo a medidas poco limpias, como la remoción –hace dos años– de los tres únicos consejeros electorales que no se plegaban a sus intereses.
MÉXICO, D.F., 1 de septiembre (Proceso).- El mandatario priista del Estado de México, Enrique Peña Nieto, está reforzando el control de las instituciones y partidos políticos de esa entidad con miras a la renovación del gobierno estatal en 2011.
Desde el año pasado –cuando aseguró que los municipios gobernados por el PRD o el PAN se pintarían de rojo priista– comenzó a tejer una red de complicidades en el Congreso local para aprobar una serie de reformas para afianzar el dominio del Grupo Atlacomulco, a decir del dirigente del PRD en la entidad, Luis Sánchez. El perredista agrega que en esos municipios comenzó a operar el cártel de La Familia michoacana con tal intensidad que ahora se le podría llamar La Familia mexiquense.
A su vez Norberto López, Gabriel Corona y Ruth Carrillo cuentan a Proceso cómo el gobernador los expulsó en agosto de 2008 del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), del cual eran consejeros gracias a una reforma a la Ley Electoral que permitió designar a sus sustitutos “a modo” en agosto de 2008.
El afán de control de Peña Nieto llegó al extremo de armar una “agenda bicentenario”: varias reformas que, según Luis Sánchez, son un retroceso político. Entre otras cosas, informa el perredista, se pretende aprobar una cláusula de gobernabilidad que automáticamente daría al partido que gane 37% de los votos 51% de la representación en el Congreso local, el mínimo necesario para aprobar cualquier reforma.
La iniciativa no avanzó pues la Comisión Estatal de Convergencia (partido que en principio había apoyado la propuesta), recientemente renovada y encabezada ahora por Gonzalo Yáñez, ha vigilado a los tres diputados locales que se habían mostrado incondicionales del PRI.
En este escenario, los partidos miembros del Diálogo para la Reconstrucción de México (Dia) –PRD, PT y Convergencia– tratan de abrir camino para aliarse con el PAN e impulsar un candidato común. La propuesta de Luis Sánchez es que se elija al aspirante el próximo noviembre, pues el proceso electoral mexiquense arranca formalmente el 2 de enero de 2011.
Dice que si esperan a febrero o marzo para designar al candidato, no podrán crear una estructura capaz de derrotar al PRI y frenar a Peña Nieto. “Y si no lo paramos en 2011 él ya tendrá un pie en Los Pinos en 2012”, apunta.
No obstante, reconoce que no será fácil pues el gobernador controla el IEEM, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de México, la Universidad Autónoma del Estado de México, además de los poderes Legislativo y Judicial locales.
Consejeros apartidistas
Norberto López, Gabriel Corona y Ruth Carrillo fueron elegidos consejeros electorales 40 días antes de los comicios locales de 2005. Peña Nieto –nacido en Atlacomulco– aspiraba a ser gobernador y se le acusaba de haber rebasado el tope de gastos de campaña.
Era un momento difícil para los partidos de la Coalición por el Bien de Todos (PRD-PT-Convergencia), que postularon a Yeidckol Polevnsky.
El tema del dinero en la campaña del priista condujo al PRD a proponer a López, Corona y Carrillo como consejeros, quienes se ufanan de no tener compromisos con ningún político. “El problema es que se dieron cuenta de que éramos independientes”, recuerda Corona.
A su llegada al IEEM, el tema que se impuso fue el del derroche de recursos, dicen, pues “se veía por todo el estado”. Pero no pudieron comprobarlo y se declararon incompetentes para resolver el tema. Después de eso empezaron las presiones.
En agosto de 2008, Peña Nieto cobró venganza y “sacrificó” a estos tres consejeros para armar un modelo electoral que le permitió obtener una victoria aplastante sobre el PAN y el PRD en las elecciones municipales de 2009. Lo hizo a través del Congreso, que aprobó una reforma para crear en el IEEM las figuras de secretario ejecutivo general y contralor general, nombrados por los legisladores, y quitar a los tres consejeros que no se atenían a los designios del mandatario.
La reforma establecía que el consejero presidente –en ese entonces José Núñez Castañeda– podía reelegirse, así como otros tres consejeros: Bernardo Barranco, Jorge Muciño y Juan Flores. Los restantes: López, Corona y Carrillo, fueron relevados y se fijó como fecha de su salida el 30 de agosto de 2008. Ese mismo día el Congreso mexiquense nombó a sus suplentes.
Los tres consejeros pidieron la protección de la justicia contra la expedición del decreto número 176, del 28 de abril de 2008, para reestructurar el Consejo General del IEEM. Los expedientes asignados fueron 931/2008-VII, 944/2008-V y 946/2008-I para López, Carrillo y Corona, respectivamente.
El 26 de agosto de 2008, el Congreso local se quejó porque juzgados de Toluca y de Naucalpan dieron entrada a la demanda de amparo; sin embargo, ocho meses después desechó la queja.
El 1 de julio de 2009, cuatro días antes del proceso electoral, tuvo lugar una audiencia en la que se amparó a Gabriel Corona y se ordenó al Congreso mexiquense reponer en su cargo al consejero. Los casos de López y Carrillo aún no se deciden.
El abogado de los consejeros indica en entrevista con Proceso que el Congreso mexiquense no ha querido cumplir la sentencia de dejar sin efecto el decreto 176 (por lo menos en el caso de Corona), con el argumento de que “ahora están en ejercicio otros consejeros”. Sostiene que si esto no lo hace en septiembre, cuando termine el periodo ordinario, tendrá que ser el año entrante, después de la elección para gobernador.
He ahí " el próximo presidente" , si lo dejamos... Pero ¿y si roban la elección como siempre? ¿Qué haremos los mexicanos? Pues lo de siempre: nada.
ResponderEliminarNo se nos da muy bien eso de actuar e inflir en la historia... preferimos dejarnos llevar...