El número de personas que viven en la pobreza en los EEUU se elevó a 43,6 millones en 2009, informó la Oficina del Censo de EEUU la semana pasada. El aumento de la pobreza se concentra entre los adultos en edad de trabajar y sus hijos, con la tasa de pobreza para los mayores de 65 años quedando del 9,7% al 8,9%. La tasa de pobreza entre los niños aumentó de 19,4 por ciento al 20,7 por ciento y la tasa de pobreza de los adultos en edad de trabajar aumentó de 11,9 por ciento al 12,7 por ciento. |
El número de personas que viven en la pobreza en los EEUU se elevó a 43,6 millones en 2009, informó la Oficina del Censo de EEUU la semana pasada. Este es el mayor número desde que la agencia comenzó a recolectar estas estadísticas desde hace 50 años y representa un aumento de 3,8 millones de pobres en comparación con 2008.
Desde el año pasado, uno de cada siete estadounidenses es pobre, de acuerdo con la definición de pobreza del gobierno estadounidense. La tasa oficial de pobreza del 14,3 por ciento es la más alta desde 1994.
La tasa de pobreza aumentó más de un punto, del 13,2% en 2008. Se registraron 8,8 millones de familias que viven en la pobreza en 2009, incluido un niño de cada cinco. Esta es la misma tasa de pobreza infantil que existía hace casi cinco décadas, cuando el presidente Lyndon B. Johnson anunció su ''Guerra contra la Pobreza''.
Como reflejo del impacto de la crisis económica y los despidos masivos y recortes salariales, el aumento de la pobreza se concentra entre los adultos en edad de trabajar y sus hijos, con la tasa de pobreza para los mayores de 65 años quedando del 9,7% al 8,9%. La tasa de pobreza entre los niños aumentó de 19,4 por ciento al 20,7 por ciento y la tasa de pobreza de los adultos en edad de trabajar aumentó de 11,9 por ciento al 12,7 por ciento.
La pobreza aumentó en todos los grupos raciales y étnicos, pero fue mucho mayor para los negros y los hispanos. La tasa de pobreza para los negros fue de 25,8%, y para los hispanos en un 25,3%. Para los blancos la tasa de pobreza fue del 9,4%, frente al 8,6% en 2008.
Una sección del informe del censo fue dedicada a la cobertura de seguro de salud. La eliminación masiva de puestos de trabajo durante los últimos dos años ha tenido un efecto devastador sobre la cobertura de seguro médico, que en EEUU es en gran parte dada a través del empleo.
El número de personas sin seguro médico en EEUU ha alcanzado la cifra de 50 millones en 2009 por primera vez desde que estas estadísticas comenzaron a ser recogidas en 1987. La cifra pasó de 46,3 millones en 2008.
El 16,7% de la población no tiene cobertura de salud, frente a 15,4% en 2008. Esta cifra está subestimada, ya que un individuo tenía que estar sin cobertura para todo el año para estar incluido en esta cifra. Un trabajador despedido en julio 2009 que perdió su seguro médico se contó como "asegurado" para todo el año.
El número de personas con un seguro médico del estado aumentó de 87,4 millones a 93,2 millones debido al aumento de la matrícula en Medicaid, Medicare y el Programa de Seguro de Salud Infantil. Pero esto fue contrarrestado por el descenso en el número de personas con seguro privado, que cayó 201 millones a 194,5 millones. Sólo 55,8% de la población tiene seguro de salud de sus trabajos.
Otras cifras reflejadas en el informe de la Oficina del Censo documentan la profunda crisis social en EEUU:
Los ingresos anuales se estancaron en 2009, disminuyendo ligeramente a 49.777 dólares, desde 50.112 dólares en 2008.
•Las mujeres que trabajaban a tiempo completo, durante todo el año ganaban sólo el 77% de los ingresos de los hombres que trabajaban horas similares.
•El mediano de ingresos se redujo entre 2008 y 2009 en un 4,4% para las familias afro-estadounidenses y en un 1,6% para las familias blancas.
•En comparación con las cifras máximas antes de la recesión en 1999, el ingreso familiar promedio se ha reducido en un 11,8% para los afro-estadounidenses, 7,9% para los hispanos, 5,7% para los asiáticos y 4,2% para los blancos.
•La desigualdad de ingresos sigue aumentando. En 2009, el 20% de la población recibió 50,3% de todos los ingresos, y el 5% más rico recibió 21,7% de todos los ingresos del país.
•Incluso antes del comienzo de la recesión, la pobreza afectaba a un tercio de todos los estadounidenses. De 2004 a 2007, 31,6% de la población vivía en pobreza por lo menos durante un período de dos meses o más.
La caída actual ya ha hecho subir la tasa de pobreza en 1,9 puntos y hay 6,3 millones de personas adicionales viviendo en pobreza hoy, incluidos 2,1 millones de niños. Esto es el aumento en pobreza más grande que en cualquier otra recesión desde la Segunda Guerra Mundial, con la excepción del periodo 1980-81 y 1981-82, cuando el número de personas viviendo en pobreza aumentó en 10 millones.
Igualmente significativo es el gran número de estadounidenses viviendo apenas por encima de la cifra oficial de pobreza, que subsisten con ingresos que son totalmente insuficientes para una vida digna.
Hay razones que sobran para creer que el nivel de pobreza real es mucho mayor que lo reportado por la Oficina del Censo. El umbral oficial de pobreza se establece ridículamente bajo, con un ingreso anual de $22.050 para una familia de cuatro o 10.830 dólares para un solo adulto. No está ajustado por ubicación geográfica, y en consecuencia en gran medida subestima el nivel de pobreza en zonas de alto costo, como Nueva York, Boston, Washington DC y California.
La medida de pobreza tampoco se ha ajustado a la fecha, ya que se basa en una fórmula de los años sesenta, derivados de un período cuando la comida fue el gasto más grande de los presupuestos familiares, la mayoría de las mujeres no trabajaban fuera del hogar, la mayoría de jóvenes no asistían a la universidad, y la típica familia sólo tenía un coche. Por lo tanto, subestima el impacto de los crecientes costos de seguro médico, educación, guarderías, transporte y otras necesidades.
El número de hogares multifamiliares aumentó en un 11,6% desde 2008 hasta 2010, y la proporción de adultos 25-34 que viven con sus padres aumentó de 12,7% en 2008 al 13,4% en 2010. La tasa de pobreza para estos jóvenes adultos fue de 8,5% cuando se consideran parte del hogar de sus padres, sino que habría sido un 43% si hubieran estado viviendo por su cuenta.
Las cifras de pobreza demuestran la quiebra del capitalismo estadounidense y el fracaso de la administración de Obama. La Casa Blanca recibió estas cifras con un gesto superficial.
Obama emitió un comunicado de cinco párrafos admitiendo que los datos del censo "ilustran lo difícil que fue 2009'', mientras que decía que la ley de estímulo financiero aprobado a principios del año pasado logró impedir una situación aún peor.
''Podría haber sido peor'' es el único argumento que la administración Obama podía hacer, pero es dudoso que los millones de trabajadores que han perdido sus puestos de trabajo, seguro de salud y hogares en los últimos dos años sacan alguna comodidad de ese mensaje.
La declaración de Obama concluyó con una declaración final que decía: ''Para todos nuestros problemas, sigo siendo inspirado por la dedicación y el optimismo de nuestros trabajadores, y estoy seguro de que vamos a salir de esta tormenta con una economía más fuerte ''.
Este lenguaje retórico podría traducirse así: "Como el principal representante del capitalismo estadounidense, me sorprende que todavía no ha habido una revuelta de masas de trabajadores de EEUU contra mi gobierno y la aristocracia financiera que promueve. Espero ser capaz de engañar a los obreros y obreras con mi discurso de ''esperanza'' y ''cambio'' por lo menos durante unos cuantos años más".
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