Jue, 02/09/2010 - 05:16
La vida de Elvia Rodríguez Popócatl pende de un hilo. Regresaba a su domicilio cuando el tráiler que transportaba 56 cadáveres de inmigrantes ejecutados en Tamaulipas generó el accidente del que resultó lesionada.
La pierna izquierda de la mujer de 21 años de edad quedó prensada entre dos vehículos estacionados en la estrecha calle de Doctor Navarro, zona en la que se encuentra el Semefo del DF.
Ahí, justo a un lado del edificio central el Tribunal Superior de Justicia del DF, el chofer Érick Gregorio Garrido, de 21 años, ignoró al llamado de la gente para que detuviera la marcha.
Varios testigos le advirtieron que el camión no pasaría, aún así lo intentó, proyectándose contra una camioneta Estaquitas y un Chevy. En medio de ambos automóviles quedó atrapada la empleada de la Plaza Comercial Delta, quien no alcanzó a cruzar la calle.
De la ambulancia que seguía al tráiler bajaron dos paramédicos que brindaron ayuda. Consciente, Elvia pronunció su nombre y datos para localizar a su madre.
La mujer fue trasladada al hospital de traumatología de Magdalena de las Salinas. Restos de piel y sangre quedaron en la defensa de la camioneta estaquitas, con placas de circulación 567-UHB.
“No sé cómo está mi hija, me llamaron para decirme que tuvo un accidente, pero no sé qué pasó”, dijo vía telefónica Elvira Popócatl, madre de la joven.
Elementos de la SSP del DF que resguardaban la entrada del Semefo llegaron a vigilar el tráiler. Antes habían indicado al chofer que siguiera su camino para evitar a los medios de comunicación.
En esa zona de la colonia Doctores nunca hubo vigilancia ni coordinación entre autoridades federales y locales; sólo se preocuparon por colocar dos mantas que impedían la visibilidad.
A las 13:30 horas la unidad de la compañía Autoexprés Internacional de Reynosa, Tamaulipas, ingresó al DF. Fue hasta ese momento que tres unidades de la Policía Federal acompañaron el trayecto.
El chofer declaró que en ese momento se enteró que la “carga” que entregaría eran los cuerpos de 56 personas. Tampoco supo, entonces, que los cadáveres no fueron preparados para evitar su prutrefacción, pero sí sabía que la unidad no tenía sistema de refrigeración, si bien el vocero de la PGR, Ricardo Nájera, aseguró en conferencia de prensa que sí.
“Yo no sabía qué traía, sólo me alquilo como chofer; mi patrón me dijo que tenía que venir, y ya, nunca tuve vigilancia desde anoche que salí. Incluso, yo pagué las casetas por las que pasé desde Tamaulipas hasta aquí”, comentó.
Dentro del Semefo esperaban cinco agentes del Ministerio Público federal para dirigir los trabajos periciales en odontología forense, antropología forense y ADN.
“Por cada cuatro cadáveres los peritos tardarán en promedio dos horas; no creemos que hoy mismo se termine el trabajo”, informó personal del Semefo.
Está grave
Elvia Rodríguez es soltera. Trabajaba en una tienda comercial para ayudar en los gastos de su casa; su hermano es menor de edad y su madre, costurera.
La tarde de ayer fue operada para amputarle la pierna, las heridas que tuvo impidieron a los especialistas restaurar la extremidad. Su estado de salud es reportado grave.
El Ministerio Público inició una averiguación por el delito de lesiones culposas, mientras el chofer del tráiler fue presentado en calidad de presunto responsable.
El destino de los cadáveres fue la pequeña funeraria La Piedad.
Apenas abrieron las puertas del tráiler, un olor fétido alertó a vecinos que reclamaron la falta de control sanitario. Incluso, empleados de la pequeña funeraria improvisaron con una lona más espacios para acomodar los cadáveres.
“Aquí los van a embalsamar y después los llevarán al Semefo”, dijeron policías que mantuvieron cerrada la circulación.
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