Tuxtla Gutiérrez
Su esposo le dio de empujones y gritos para que le diera la cartera y ella le contestaba que ese dinero que había ahí, era para que comieran sus hijos que no lo gastara en alcohol, los gritos y jaloneos hicieron que los vecinos se quejaran ante la policía municipal.
Ruth y su esposo Daniel fueron llevados a la cárcel municipal por escándalo en la vía pública, ya en la celda, el comandante Audencio Sánchez Morales golpeó a Daniel, el esposo de Ruth para que le diera su cartera, éste le dice que la tiene su esposa, entonces la policía María del Carmen López Altunar la golpeó y le arrebató sus pertenencias que guardaba celosamente bajo su blusa.
Después Ruth fue trasladada a una celda que funciona como dormitorio de los policías, porque había colchonetas, sábanas y ropa de los elementos, ahí fue encerrada por la policía María del Carmen quien después de encerrarla hasta apagó la luz, yo empecé a gritar que quería agua y la policía me decía “verga es lo que quieres”. Inicia el acoso sexual
Al poco tiempo de estar encerrada, dos elementos policiacos entraron a orinar a la celda “uno de los policías que entró a orinar fue Miguel Hernández Gómez, me acuerdo que se bajó el pantalón y me enseñó su pene y me dijo quietecita sino te vas a comer todo esto, agarrándose el pene; cuando vi que entraban a cada rato a orinar les reclamé y me dijeron -nos vale madre si te molesta este es nuestro dormitorio-” cuenta Ruth.
Pasada una media hora, Ruth tenía ganas de ir al baño y al sentarse en la taza del baño se percató que el policía Miguel la estaba grabando con un celular. Me da mucha vergüenza contarlo pero quiero que lo sepan
“A esa hora el policía Miguel apaga el celular de mi esposo y escupe las esposas que servían de candado de la celda donde estaba para que no rechinaran y nadie se diera cuenta que estaba entrenado a la celda, yo tenía tanto miedo y no me quería bajar de la plancha, entonces me alumbra con su celular que se puso cerca de la cara, ahí le pude ver la cara, me dice bájate o te bajo, y me empieza a jalar de los pies, a golpearme las piernas, tenía miedo de caer de la parte alta de la plancha y me bajé, y él policía de inmediato me agarro del pelo, me tiró me rompió la falda, un short que traía, el calzón, se me montó y me metió su pene en la vagina varias veces” dice Ruth antes de agarrarse la cabeza y llorar.
“Mi esposo desde su celda gritaba que me dejaran en paz, otro detenido de nombre Madaín también le gritaba al policía que me dejara, que no se valía que se valiera de su autoridad para hacerme eso”.
“Me grabó con su celular, un blanco con café, me hizo tantas cosas feas y yo le dije Dios me va a dar fuerzas para denunciarte y el cínico me dijo: a muchas se los he hecho y no sé porque tú te aprietas como una niña, yo lo escupí en la cara y él me dio un manotazo y me dijo te voy a subir a las redes sociales si no cooperas, yo me tapaba la cara con mi blusa”.
“Me da mucha vergüenza contar todo lo que me hizo pero quiero que se sepa, quiero que se sepa porque eso nos lo han hecho a muchas mujeres, y no denunciaron por vergüenza, callaron y yo no me voy a callar eso que viví no quiero que ninguna otra mujer lo viva” cuenta Ruth enérgica. No puede denunciar
Ruth denuncia al policía con el nuevo turno de policía que era una mujer, a esta policía se le acerca la otra policía María del Cramen y le dice que no hiciera caso Ruth que estaba loca. ¿Y la Norma 046 para la Secretaria de Salud?
“Yo tenía un sangrado y unos dolores muy fuertes, estaba yo embarazada y mi esposo se lo gritaba al maldito, pero no hizo caso, me llevaron al médico por intervención de otra policía, una chaparrita, yo quería gritar lo que me habían hecho, quería decirle del centro de salud, pero ahí enfrente tenía yo a dos policías, jamás me dejaron sola, tenía miedo, y el médico aunque me vio todo golpeada nada más me inyectó y me dijo que ya se me iba a quitar el dolor”.
Fue cuando entró el otro turno de policía que Ruth dijo lo que le habían hecho y uno de los elementos le dijo “señora, si fue así denuncie”, esa tarde, el suegro de Ruth logró localizarlos porque no llegaron a dormir, al señor le pidieron 2 mil 700 pesos, 2 mil le entregó en la calle a una esposa de un policía y 700 pagó en la comandancia para que su hijo y su esposa quedaran libres.
La pareja recibió la cartera sin dinero, los policías robaron los 700 pesos, el reloj y el celular, Ruth para ese entonces, tenía dolores insoportable, derivado de un aborto provocado a raíz de la violación.
El día lunes Ruth acudió a la presidencia municipal, ahí la atendió el secretario municipal José Antonio González Vega quien después de escucharla le dijo “espero ahorita la voy a acompañar a poner su declaración” y después de tres horas el funcionario jamás apareció. Machismo y ausencia de protocolos para atender violaciones sexuales
Ruth fue a interponer la denuncia ante el Ministerio Público que se contempla en el acta Administrativa 192/CE24/2013 ahí el médico Jorge Ramírez Martínez de la subdirección de servicios periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Fiscalía del Distrito Centro la “revisó”.
“Yo le decía mire me duele aquí, él ni siquiera levanto la vista para verme, sólo encendía un cigarro tras de otro, nada más me manoseo pero nunca me reviso” señala Ruth.
El examen firmado por Ramírez concluye “ligero sangrado por menstruación terminal, no hay datos de lesiones paragenitales y proctológico sin datos de importancia”.
“En el examen sicológico la sicóloga de la Procu iba muy bien, me atendía y escuchaba con mucha atención y cuándo le conté que eso me lo había hecho un policía, le cambió hasta la cara, rápido me cortó” dijo Ruth.
El representante legal de Ruth, el abogado Rafael Cruz Vázquez dijo que el protocolo para estos casos era que le hicieran un exudado vaginal, sin embargo, no se lo hicieron. Tenemos pruebas
“Nosotros tenemos pruebas, primero el testimonio de la señora, de los testigos el esposo y del otro detenido, tenemos la prenda interior con muestras de semen; y tenemos pruebas de que la señora tuvo un aborto a raíz de la violación; tenemos fotos de los golpes, lo que no nos ayuda son los dictámenes médicos, a pesar de que fueron revisiones sencillas” manifiesta el abogado.
Desde que los elementos se enteraron de la denuncia, en la esquina de la casa de la señora Ruth siempre hay una patrulla de la policía municipal de Mezcalapa.
Ante la dilación de justicia para la señora Ruth, ésta puso una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, misma que hasta la fecha sigue tan lenta como la justicia misma para la señora Ruth. Mezcalapa
Es uno de los municipios de la región del mismo nombre, fue creado durante el gobierno de Juan Sabines en el 2011, sus pobladores aseguran que funcionan sin reglamentos, ni capacitación, el presidente municipal, Fernando Ugarte González va contratando gente según su criterio, como se alcanza a apreciar en su deficiente equipo policiaco.
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