Alberto Barranco, Empresa
18 de diciembre de 2009
Pemex de regalo
Estamos hablando de terminales de almacenamiento y ductos de gas natural y gas LP (licuado de petróleo) para uso de las firmas que se dediquen a la actividad.
La tarjeta lleva los atentos saludos del presidente del organismo, Francisco Salazar Díez de Sollano, por más que la factura la paga el país.
Del tamaño del absurdo habla, en el inaudito, el “no gracias” que le endilgó al generoso donante la Cámara Regional del Gas en la que caben empresas de Jalisco, Colima, Nayarit, Michoacán, Zacatecas y Sinaloa, aduciendo que no se puede regalar así como así el patrimonio de la nación.
De acuerdo con el presidente del organismo, Cuauhtémoc Cárdenas Blancarte, la medida atenta contra el espíritu de la Constitución, agrede al pueblo de México, pone en riesgo la viabilidad de la industria de gas LP y amenaza los miles de empleos que genera.
Más todavía, se le coloca un dique a la posibilidad de que las empresas del ramo inviertan en infraestructura, bajo el justificante de para qué si papá gobierno provee, provocando una competencia desigual para quienes lo han hecho.
La resolución de la discordia la expidió la Comisión Reguladora de Energía el 17 de noviembre pasado, publicándose de inmediato en el Diario Oficial de la Federación.
Según ella, ésta se convierte en una suerte de administradora del patrimonio de Pemex, decidiendo a qué empresa gasera se le abastece vía la infraestructura de la empresa pública. La mano laxa, o si le prefiere la dadivosidad oficial, se inició hace una década con la entrega de los ductos e instalaciones de gas natural a empresas multinacionales como Repsol, Gas Natural y Tractebel, convirtiéndolas en monopolio.
La paradoja del caso es que se habló de dar un gran salto hacia adelante al conjurarse el peligro que representa la distribución de gas LP, al abaratar el costo del combustible, y al manejarse bajo esquemas profesionales la facturación.
El caso es que ninguno de los supuestos ocurrió. De entrada, se volvieron pan de cada día las explosiones en los ductos de gas natural; se encareció el combustible a niveles superiores a los del gas LP y se dio paso franco a los abusos hacia los usuarios.
A quién le importa si en cualquier país del planeta se exige a las empresas no sólo invertir en su propia infraestructura, sino garantizar la seguridad de ésta.
Más allá, está la terminal regasificadora que se construye en Manzanillo y que iniciará operaciones en 2011.
Sumadas, las inversiones recientes del gobierno alcanzan mil 250 millones de dólares… que se colocarán al pie del arbolito de Navidad de las gaseras. El negocio, pues, será redondo para las firmas privadas que sin riesgo alguno y sin necesidad de contar con almacenes propios podrán utilizar la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad o de Petróleos Mexicanos para comprar gas en el mercado internacional cuando éste resulte más barato… y vendérselo al propio gobierno vía cualquiera de las dos paraestatales.
En paralelo, naturalmente, podrán mantener el subsidio que les ofrece el gobierno.
Se diría, pues, que con una simple resolución del órgano regulador se atropella la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para entregar a particulares la infraestructura de Pemex. Lo que no pudo lograr el gobierno con su propuesta de reforma energética se alcanza con la simple firma de un funcionario menor.
La pregunta es si el Congreso dejará pasar el gol sin meter las manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Nos interesa conocer tu punto de vista para retroalimentarnos y así aprender juntos. DEJANOS UN COMENTARIO PORFAVOR