Cancún: san Turrón invoca la ira del pueblo de Dios
Jaime Avilés
Por ser tan dulce (cuando habla) y tan duro (cuando reprime), el religioso presidente municipal de Cancún, Gregorio Sánchez Martínez, Greg, empieza a ser conocido como san Turrón. Prueba de su dureza es el volante apócrifo que manos invisibles reparten por decenas de miles desde el pasado fin de semana, contra quienes se oponen a que destruya la reserva ecológica del Ombligo Verde, para edificar una catedral, un palacio de gobierno y un parque bicentenario, con un costo inicial de 500 millones de pesos.
Para desacreditar, ante el pueblo de Cancún, a las organizaciones contrarias a su proyecto, adeptos de san Turrón mandaron imprimir en el citado volante las siguientes calumnias, con todo y faltas de ortografía temerosas de la cólera celestial: “El PAPA Venedicto XVI es un NAZI y el OBISPO Pedro Pablo Elizondo de Cancún es un ecocida, lambiscón y los dos son cómplices de Greg”. En letras más pequeñas, insulta: "Cristianos y católicos bola de lambiscones. ¡¡Fuera la catedral, parque bicentenario y el palacio del Ombligo Verde!! ¡Únete a la marcha este 31 de enero!". Y firman (supuestamente) a nombre de "Ombligo Verde AC, Tulio Arroyo Marroquín y Ricardo Lujambio González".
Pese a que el mitin se efectuó con gran éxito el domingo pasado, san Turrón continúa promoviendo el reparto en forma abrumadora, pero su irresponsabilidad pone en riesgo la vida de los dirigentes aludidos, en la medida en que los fanáticos del "pueblo de Dios", a quienes acaudilla espiritualmente el alcalde, podrían atentar contra ellos.
Desfiladero, el abismo oportuno, en su entrega del sábado pasado adelantó que Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, el obispo de los Legionarios de Cristo que descalificó los matrimonios entre homosexuales porque "no tienen madre", acaba de regresar del Vaticano, a donde, al estilo Peña Nieto, se llevó a un grupo de mujeres vestidas con huipiles mayas, para que se tomaran la foto con Benedicto XVI, en el momento en que el pontífice bendecía los planos del parque bicentenario. Esas imágenes han circulado profusamente en los diarios locales, acompañadas de nuevas y más insidiosas calumnias contra Tulio Arroyo, quien por su parte ha denunciado los hechos ante la procuraduría estatal.
El pasado lunes, Greg y el obispo aparecieron juntos en un acto público, para presentar los detalles del parque, la catedral y el palacio, que tendrán, en ese orden, 53 mil metros cuadrados de áreas verdes y un costo de 270 y 210 millones de pesos respectivamente, que será cubierto, mita y mita, por el ayuntamiento y la Iglesia, para concretar las bodas entre los poderes terrenales y divinos, y formalizar la instauración de la teocracia en el Caribe mexicano.
Claro está que mientras san Turrón y los Legionarios de Cristo siguen adelante con sus planes, las obras de desmonte del Ombligo Verde están suspendidas (al menos en teoría) por órdenes del Congreso estatal y pronto serán motivo de un punto de acuerdo en el Senado de la República. Al mismo tiempo, el negociazo que Greg y Miguel Gómez-Mont, director del Fondo Nacional del Turismo, pretendían concretar mediante supuesta subasta pública para privatizar 4.5 hectáreas del malecón de Cancún, se pospuso porque Roca Capital SA, la empresa que iba a ganar el concurso (como se sabía de antemano), no presentó oferta alguna y la farsa se declaró desierta.
En este contexto, a raíz de que encuestas recientes vaticinaron que Greg no tiene la menor posibilidad de llegar a la gubernatura de Quintana Roo, en una entrevista concedida para el semanario Luces del Siglo, a Hugo Martoccia, corresponsal de La Jornada en Cancún, el devoto alcalde reveló que, en caso de perder, se irá a su rancho "a leer unos libros" y que buscará "una curul" (sic) en el Senado en 2012, ya que, lo dijo con absoluta franqueza, "ser senador es el estado perfecto del animal político, porque estás en la cúpula, trabajas poco, te relacionas con ministros y presidente; es el top".
Si pasamos por alto que en el Senado no hay curules sino escaños, o que Greg ha hablado pestes en contra de Andrés Manuel López Obrador para congraciarse con los poderes fácticos, tal vez no esté de más recordar que este peculiar animal político es el candidato de Manuel Camacho Solís, de Jesús Ortega, de Alejandro Encinas, de Carlos Navarrete, de Alberto Anaya y de Dante Delgado al gobierno de Quintana Roo para las elecciones de julio próximo. ¡Felicidades! ¡Esta vez sí supieron escoger!
Para que el gobernador panista de Jalisco, Emilio González Márquez, no se sienta tan solo cuando despilfarra dinero del Estado laico en obras suntuarias para la Iglesia del cavernal Juan Sandoval Íñiguez, el gobernador perredista de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, impulsa la construcción de un mega Cristo de 50 metros de altura a las afueras de Tuxtla Gutiérrez. El proyecto, denominado oficialmente "Magno santuario del Cristo de Mactumactzá", se levanta en la reserva ecológica del mismo nombre, donde se encuentra la meseta de Copoya, pulmón natural de la capital chiapaneca, que la abastece de agua y protege la vida de 521 especies botánicas y de 101 especies de vertebrados terrestres, además de ser una de las 230 áreas para la conservación de las aves que existen en nuestro país.
Toda esa biodiversidad, denuncian alarmados lectores de esta columna, será afectada por el proyecto místico-turístico de Sabines, ya que el arribo de visitantes al santuario generará enormes cantidades de basura y muchos otros daños ecológicos. Pero así están las cosas. La clase política en pleno se arrodilla ante la santa madre católica, apostólica y romana y le entrega los cuerpos impuros de las mujeres que abortan y los derechos civiles de los homosexuales que se casan entre sí, y la televisión bendice y alaba el surgimiento de una teocracia que, a su vez, protege y justifica los privilegios de la oligarquía y de la alta burocracia, mientras las fuerzas armadas apoyan a una caricatura de "gobierno" que se tambalea y lo sostienen mediante una falsa guerra que cubre de impotencia, de rabia, de sangre y de cadáveres inocentes el país.
Y para colmo de colmos, un buque de la Armada de México, cargado de víveres y medicinas, que zarpó de Manzanillo navega tal vez rumbo al sur de Chile, para bordear el Cabo de Hornos y remontar las costas de Argentina, Brasil y Venezuela, a fin de llevar nuestra ayuda urgente al pueblo de Haití. ¡Qué poca madre!
jamastu@gmail.com
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