La ineficacia gubernamental y el desinterés de funcionarios, entre otros aspectos, dejó campo fértil para que la organización delictiva emprendiera una labor justiciera en esa entidad
Domingo 19 de diciembre de 2010, p. 7
Fulano me debe y no me quiere pagar. Atado por reglamentos, el funcionario le dio mil vueltas.
Pues voy a ir con los otros, porque ustedes se tardan mucho, dijo. Y fue. Y le pagaron. Los cobradores de La Familia Michoacana, naturalmente, se quedaron con 20 por ciento de la deuda.
Ayudan a la Iglesia, con algún enfermo, pero con obras no.
Pero Ensástiga, vocal ejecutivo del Centro Estatal para el Desarrollo Municipal de Michoacán (Cedemun), conviene en que no puede decirse lo mismo de la justicia, ámbito donde La Familia ha creado un
sistema paraleloque castiga desde un violador hasta un borrachín escandaloso.
En su estructura tienen una mujer que se encarga de recibir y resolver todas las quejas de otras mujeres. A ella acuden aquellas que no reciben el gasto o que son golpeadas por sus maridos. Y les hacen justicia expedita, explica un ex funcionario del ayuntamiento de Tuzantla. Lo hacen a su manera, por supuesto. La ineficacia gubernamental, derivada del desinterés de los funcionarios o de un
marco regulatorio muy estrechoes el campo fértil de la
labor justicierade La Familia.
El ex funcionario pone el ejemplo de un reglamento que establece el cobro de dos pesos a los vendedores que se instalan en la plaza o las inmediaciones del mercado.
Al municipio le salía más caro pagarle al empleado que cobrar los dos pesos, así que dejamos de cobrar. Ellos llegaron, pusieron una cuota de 100 pesos y ahora son los recaudadores de impuestos.
No sólo cobran derecho de piso. También remplazan al gobierno como reguladores de las actividades nocturnas.
Ellos fijan los horarios de los antros, de los centros botaneros.
Michoacán te va a extrañar
protecciónal igual que los grandes productores agrícolas y otros empresarios. Amenazados o
protegidos, los taxistas de diversos puntos de la entidad trasladan gente para hacer marchas exprés en esta capital. El fin de semana fueron los de Pátzcuaro y Tarímbaro, y hoy toca el turno a los de Zitácuaro.
Michoacán te va a extrañar Nazario, dice una de las mantas a la cabeza de la pequeña marcha. El modus operandi de las manifestaciones que iniciaron la semana pasada. De la caravana de vehículos bajan decenas de personas que recorren Madero, la principal avenida del centro histórico, pasan frente a la Catedral, hacen una breve parada frente al palacio de gobierno y avanzan hasta la emblemática fuente Las Tarascas. Regresan por el mismo camino y se suben a los taxis. Así son las marchas exprés de La Familia.
¡Queremos paz!,
¡Queremos trabajos, no policías, gritan los manifestantes. Con excepción de los que cargan las mantas, todos los demás marchistas van con los rostros descubiertos.
En Apatzingán también hay marcha. Los manifestantes portan camisetas que rinden homenaje a El Doctor, El Más Loco, El Pastor, El Chayo, diez alias distintos y un solo capo verdadero, Nazario Moreno, el justiciero, el
cerebrode una organización nueva que, sin embargo, el gobierno federal equipara ahora con los cárteles grandes, si uno se atiene a las cifras que el viernes dio el secretario de Gobernación.
política socialde La Familia. Las mujeres que recurren a la protección del grupo cuando son golpeadas por sus parejas, las que consiguen que sus maridos reincidentes reciban la misma medicina.
Los alcaldes son los más desprotegidos, no tienen posibilidad de hacer nada. Y es evidente que ahí, en los municipios, es donde más se han metidolos delincuentes.
rediseño de las políticas públicasencaminado a recuperar el
control territorial. No otra cosa sino lo admitido en los cables dados a conocer por Wikileaks.
la maña. La de aquellos que le deben el empleo a El Más Loco:
Presidente, esta persona ocupa un empleo y aquí lo va a tener.
daños colateralesocasionados por la guerra con el gobierno han propiciado el éxodo en las zonas más conflictivas.
Sí, hay abandono de comunidades, dice Ensástiga. “Pero ahora ya no se van a Estados Unidos, sino a los centros de población del mismo estado.
Mi pueblo llegó a tener 7 mil habitantes, quedan 4 mil, dice Antonio Soto, uno de los aspirantes a la candidatura perredista a gobernador, originario de Tumbiscatío.
¿Cómo no se van a ir, si la gente de los ranchos tiene miedo?
las cuotas y a las juntas que se hacen allá.
No estigmaticen a los michoacanos. Los asesinatos de turistas en Acapulco y la inmediata etiqueta que se colgó a la reciente masacre en Jalisco (
fueron los michoacanos), alimentan el miedo del ciudadano común a hacer cosas antes muy simples, como viajar a otro estado con placas de Michoacán. Por algo será que el gobierno estatal planea cambiar las placas de los vehículos de los funcionarios que más viajan a entidades vecinas.
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