La Jornada. 9-2-12
Acuerdo de Cooperación para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas, firmado por la SEP y la OCDE, se determina que
los docentes que presenten un bajo desempeño de forma permanente deben ser excluidos del sistema educativo. El desempeño de los docentes, de acuerdo con las nuevas normas establecidas por la SEP, se juzga en función del desempeño de los estudiantes en la prueba Enlace, una prueba
estandarizadacuyas serias deficiencias han sido denunciadas reiterada y fundadamente por varios especialistas en la materia, sin ser escuchados.
La SEP tampoco ha querido escuchar la voz de decenas de miles de maestros, a pesar de que reconoce que
Enlace debe evolucionar. Pero, sin decir cuándo ni cómo ocurrirá esta
evolución, continúa con su amenazante esquema de
evaluación universal. Ahora se pretende aplicar a los maestros una nueva prueba estandarizada, de
Preparación profesional. No puede extrañar, pues, el movimiento de los maestros, y es perverso centrar la atención en los problemas de tránsito ocasionados por sus manifestaciones e ignorar la gravedad de un asunto que tiene repercusiones históricas.
Es elocuente lo expresado por una maestra de Michoacán durante la marcha del pasado viernes:
Mis alumnos son muy pobres, somos de la comunidad Cuanajo, de Pátzcuaro. Acompañan a sus papás al trabajo y faltan a clases, y cuando van tienen hambre. Están bien flacuchos, no prestan atención y no aprenden. No se vale que si ellos reprueban el examen Enlace a nosotros nos despidan. No se trata sólo del testimonio de una maestra; múltiples estudios en nuestro país y en otros han demostrado que la aplicación indiscriminada de pruebas estandarizadas a maestros o estudiantes es perniciosa, no solamente por injustas cuando en sus resultados se sustentan decisiones administrativas, sino porque contribuyen al deterioro de la calidad de la educación.
Son amplias las evidencias del efecto nocivo de las pruebas estandarizadas en la ansiada calidad de la educación. Un dato que se escapa a los especialistas de la OCDE, que con tanto brío decreta ese tipo de exámenes, es que no se aplican regularmente en el sistema escolar de Finlandia, el país estrella en los resultados de la prueba PISA promovida por ellos. Las autoridades de la SEP deberían estudiar con mucha atención el libro Finnish lessons, de Pasi Sahlberg (alto funcionario del Ministerio de Educación de ese país), quien pone en evidencia que
la calidad de la educación se encuentra en otra parte. Advierte el autor que en Finlandia no se contempla
el pago a profesores en función de los resultados de los estudiantes en los exámenesy que
todos los factores atrás del éxito de Finlandia semejan lo opuesto a lo que ocurre en Estados Unidos y mucho del resto del mundo donde dominan la competencia, la rendición de cuentas basada en exámenes, la estandarización y la privatización.
en términos generales, la capacidad de las escuelas para incidir de manera diferencial en los aprendizajes es considerablemente limitada en comparación con el peso de los condicionantes socioculturales de los alumnos y del entorno de la propia organización, y que
aun si se mejorara la eficacia de las escuelas pobres, esto no compensaría las desventajas de partida de sus alumnos.
bajo las condiciones actuales las escuelas pueden hacer una diferencia que debería intentar ampliarse al máximo. La bibliografía (más de 20 páginas) de este libro es botón de muestra de la complejidad del asunto, ignorada por las autoridades de la SEP y sus asesores de la OCDE, quienes tienen una visión burda de los complejos problemas de la educación.
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