Via Yahoo: Excelsior Francisco Garfias: El último día de su mandato, Felipe Calderón aplicó
el dicho “más vale prevenir que lamentar”. Modificó el reglamento del
Estado Mayor para ampliar las medidas de seguridad especial a las
familias de los ex presidentes, según el riesgo de cada caso en
particular, pero sin establecer el grado de parentesco.
El panista sabe que la guerra que emprendió contra el narco a lo
largo de su sexenio lo convierte en blanco de ataques. Los muertos se
cifran en decenas de miles. Hay rencores, deseos de venganza, facturas
derivadas de la violencia sin control que vivimos en los últimos años.
A Felipe se la pueden cobrar con un sobrino, un tío,
un cuñado, un primo. Ya no digamos en su núcleo familiar. El crimen
organizado no conoce límites. No tiene códigos. Lo ha demostrado.
Lo peor es que los resultados de esa sangrienta batalla no son
perceptibles. Los cárteles se atomizaron con la captura de los capos. La
violencia se multiplicó. Esa es la herencia de una lucha necesaria,
pero pésimamente planeada, a juzgar por los resultados.
■ La modificación al reglamento del Estado Mayor fue tema candente en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. Ricardo Monreal,
coordinador de los diputados del Movimiento Ciudadano, pidió en tribuna
que se derogue la modificación a la fracción IX del artículo 11 del
reglamento del Estado Mayor que faculta al general Roberto Miranda, nuevo jefe de ese cuerpo militar, a brindar seguridad especial a los familiares de los ex.
El mensaje del zacatecano fue duro, implacable: “Con esa medida, el ex Presidente trata de blindar
su necedad persistente ante una guerra que de inicio estaba perdida.
Poco le importa que hayan sido sus propias decisiones las que pusieron
en riesgo a todo el país. Lo único que le interesa es mantener a salvo a
los suyos de las consecuencias que sus actos propiciaron”.
Monreal recordó que los ex presidentes le cuestan
anualmente al país 280 millones de pesos. Esto equivale, dijo, a cuatro
millones 600 mil salarios mínimos. ¿Cómo podemos darnos el lujo de
otorgar esas pensiones cuando, según datos del Coneval, en el país
existen 52 millones de pobres?, preguntó el legislador del MC. Fue más
lejos: si se repartiera ese dinero entre los 90 mil “daños colaterales”
—muertos— de la guerra al narco, se podrían otorgar, en el sexenio, 18
mil 666.67 pesos por persona.
■ A los panistas no les quedó más remedio que defender al ex Presidente. Varios le salieron respondones a Monreal. El que mejor lo hizo fue el joven diputado Fernando Rodríguez Doval.
Después de recordarle al zacatecano su tránsito por el PRI, el PRD, el
PT y ahora el Movimiento Ciudadano, pero también de echarle en cara su
apoyo a Carlos Salinas en el 88; y su papel en la
crisis del 97 por la abortada negativa del PRI a instalar la LVII
Legislatura, le espetó al ex gobernador de Zacatecas: “Si usted tiene
una estrategia distinta en materia de seguridad preséntela, porque
Zacatecas no lo dejó a usted bien parado cuando fue gobernador. Nosotros
estamos a favor de que Felipe Calderón y su familia, al igual que cualquier ex Presidente, pueda recibir la seguridad.
“Usted lo sabe, porque fue gobernador, que muchas veces el crimen
organizado no solamente ataca al titular del Ejecutivo federal o local,
sino también a sus familiares. Es una cuestión de justicia protegerlos”,
concluyó.
■ Eduardo Medina Mora,
nuevo embajador de México en Estados Unidos, empezó literalmente con un
tropezón. Después de rendir protesta ante la Comisión Permanente del
Congreso de la Unión se fue de bruces al bajar de la tribuna. “Fue caída
libre, ni las manos metió”, comentó el ex diputado del PRI Jesús Ramírez Stabros, quien se encontraba al lado del sucesor de Arturo Sarukhán. ¿Augurio de lo que viene? Ojalá que no. Los reporteros le preguntaron a don Eduardo
cómo se sentía después del trancazo. “Bien, muy bien…”, respondió el
hombre. ¡Ah, pero eso sí!, no olvidó subrayar que el principal reto de
la relación bilateral con los gringos es potencializar al máximo las
relaciones económicas.
■ Enrique Peña Nieto estará hoy en Fresnillo, Zacatecas. ¿Sabrá que el Estado Mayor tiene vetado al periodista local Margarito Juárez González, del diario Página 24, de los eventos a los que acuda el Presidente? Claudia G. Valdés,
coordinadora de esa publicación, nos envió un correo electrónico en el
que pide solidaridad. Jura que el veto es consecuencia del atrevimiento
de Margarito de sacar su grabadora y hacerle preguntas a Felipe Calderón, cuando todavía era Presidente, durante un evento en que Margarito había sido invitado a la zona VIP.
“Apenas lanzó una pregunta sobre las acciones que como mandatario
llevaría a Fresnillo, el personal del Estado Mayor lo rodeó y con lujo
de violencia intentaron sacarlo del lugar. Juárez optó
por tirarse al suelo, pues dijo que se encontraban en un lugar lejano y
si lo sacaban de ahí no sabía qué le pudiera pasar”, asegura Valdés.
Valdés está dispuesta a sostener su versión frente a quien sea. Es verosímil. Si Margarito
hubiese cometido un acto grave, estaría encerrado. El veto del MP a un
periodista es un exceso que sólo se comete en países con regímenes
dictatoriales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Nos interesa conocer tu punto de vista para retroalimentarnos y así aprender juntos. DEJANOS UN COMENTARIO PORFAVOR