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De la libre manifestación pública: ¿Y qué dice la ley?
Por Rigoberto Vargas/ @Oratroriapolitic/22 de Agosto de 2013
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| Odio: Helguera |
Mucha
tinta ha corrido en los últimos 12 años en relación a la manifestación
pública de los mexicanos. Algunas voces que se dicen afectadas por la
presencia en las calles de ciudadanos que ante la que se considera una
violación a sus derechos, no tienen otra salida que tomar la calle y
alzar la voz.
Lamentablemente
tenemos una realidad incuestionable: No existe la división de poderes
sino como una figura que se subordina a las decisiones de un poder
central. El ejecutivo federal lleva la voz cantante y la directriz de
acciones gubernamentales. ¿Por qué se afirma lo anterior? Por la
subordinación de los partidos políticos a la figura presidencial. No hay
voz efectiva para el manifestante. Los medios sólo reseñan la protesta,
no el origen de la misma. Le dan voz al que se queja de los quejosos,
no a los quejosos mismos, pervirtiendo el derecho constitucional de la
información veraz y objetiva. De ahí que los medios sean severamente
cuestionados por las voces más críticas de la clase más informada del
país.
Para
contrarrestar a esas voces discordantes a la voz oficial, les han
inventado una serie de epítetos que vas desde chairos, profesionales de
la protesta, revoltosos, anarquistas, entre otras lisuras. Pero no dan
la versión que origina la protesta. No mencionan que el pueblo de San
Buenaventura acaba de enterrar a 17 de sus miembros a manos de la
delincuencia organizada. Ni que las mineras pagan 4 pesos de impuestos
por año por cada hectárea explotada; ni mencionan que del periodo de la
colonia se extrajeron 193 toneladas de oro y que en el gobierno panista
se llevaron particulares 490 toneladas de oro en tan sólo diez años sin
mayores beneficios para el erario público.
No
mencionan los noticiarios la galopante corrupción del sindicato de
Pemex, ni que su líder posee fortunas incalculables en el extranjero. Ni
hablan de la opacidad en el manejo de los dineros al importar gasolina
de USA.
Ni
los dineros generados a partir de empresas extranjeras creadas con
dinero público de la paraestatal petrolera nacional. No dicen que se
importa gas a 16 pesos y cuesta producirse en el país 2.50 pesos. No
mencionan que se tienen concesionado un cuarto del territorio nacional a
empresas extranjeras nacionales y extranjeras con raquíticos beneficios
a las finanzas públicas.
Tenemos
una clase política que sumisa acepta los dictados del gran tlatoani
para no vivir en el error de trabajar fuera del presupuesto público. No
hacen mención de la devastación del campo, del empleo, de la seguridad
incipiente en todo el país, de los feminicidios, del gobierno paralelo
en el cual el narco pone a muchas autoridades en el país. Poco se sabe
de los manejos del erario en las más altas esferas de gobierno federal y
se agudiza en los estados con los modernos virreyes conocidos como
gobernadores.
Se
sabe de los congresistas como levantadedos. Sumisos burócratas a las
instrucciones del poder reconcentrado en la figura del presidente en
turno. No dicen muchas cosas los medios, o las disfrazan o las cambian
de forma radical. El resultado, un país dividido en los que salen a la
calle y otro que reclama su derecho al libre tránsito.
¿Qué dice la ley a favor de unos y otros?
El
Art. 9 de la Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos,
vigente desde 1917 delimita perfectamente dos derechos fundamentales
diferenciados, a saber, el de reunirse libremente y el de asociarse bajo
premisas concretas. Aquí tienes el texto:
“ _No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con
cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo
para tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada, tiene
derecho de deliberar.
No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que
tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto o una
autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o
amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.”
“Para
las reuniones que se lleven a cabo en lugares públicos no se requiere
ningún tipo de autorización; aunque en México la Constitución no lo
establece, en el derecho comparado se encuentra suficiente evidencia
para sugerir que la realización de reuniones en lugares públicos puede
suponer para los que las convocan la obligación simplemente de avisar a
la autoridades que dicha reunión se va a llevar a cabo, para el único
efecto de que éstas puedan a su vez hacerlo del conocimiento del resto
de los ciudadanos y tomar las precauciones necesarias para conservar el
orden público.” (MIGUEL CARBONELL - LA LIBERTAD DE ASOCIACIÓN Y DE
REUNIÓN EN MÉXICO.)
Algunas voces pretenden homologar el derecho ciudadano con el derecho de vehículos automotores.
Obviamente
esta polémica tiene varias aristas; lo ideal sería entender que quienes
salen a la calle no solamente están ejerciendo un derecho, sino que no
acuden a establecimientos privados, ni obstaculizan el paso de sus
pares. Ojo, sus pares son ciudadanos de a pie. Subordinar un derecho a
“una cosa” como lo es un auto es seguir dando valor mayor a los
vehículos. Los embotellamientos se hacen con y sin marchas. Baste una
colisión, un árbol caído, unas intensas lluvias, una casa comercial que
abre sus puertas; un auto mal estacionado, etc.
Algunas
voces, en el ejercicio de su derecho a opinar pretenden se coarte esta
libertad violando la ley suprema. Entonces los que así opinan pretenden
ganar un derecho suprimiendo otro. Eso no es ni democrático ni abona a
la convivencia civilizada entre los mexicanos.
Tinterillos
oficiosos andan promoviendo se viole la ley desde sus foros
pro-represión como Excélsior con pablito hiriart y Pascalito beltrán, o
la silla rota atascado de publicidad del gobierno federal y donde el
brillante intelectual e ideólogo del nuevo mundo Ricardo alemán alemán
tiene su espacio.
Abonemos a la tolerancia. El respeto debe ser a la norma, no a los dichos pueriles.
Para quejas y quejumbrosos, por favor remítase a mi correo personal: rigove@yahoo.com
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