la reforma hacendaria no elimina el sistema de consolidación fiscal, es decir, queda más que cancelado el prometido golpe de timón para hacer efectivo aquello de que
pague más impuestos quien más obtiene.
Junto con la aplicación del IVA a medicinas y alimentos, la eliminación del privilegio mega empresarial de consolidar fiscalmente (es decir, evadir impuestos legalmente) constituía el elemento principal de la
reformapresentada en sociedad el 8 de septiembre, y el sustento de eslogan propagandístico de
que pague más quien más obtiene. Pero ambos quedaron fuera de la jugada: el primero, porque implicaba un elevadísimo costo político-social para el presidente Enrique Peña Nieto y el partido que lo inventó, que se lo cobrarían en las elecciones intermedias, y el segundo, por lo mismo, pero entre los oligarcas que invierten en los proyectos de negocios vulgarmente conocidos como campañas político-electorales.
reforma: el ingreso de los clasemedieros y del público consumista en general, que son la carne de cañón en la estrategia recaudadora del gobierno entrante. Es probable que fracase la intentona peñanietista de aplicar IVA a las colegiaturas (aunque esta intención más parece un anzuelo intercambiable en las negociaciones con el Congreso que una propuesta seria;
te lo quito, hermano, pero déjame todo lo demás), lo que sin duda generaría una grata sensación entre los amenazados padres de familia, pero a cambio los legisladores aprobarían el IVA en los intereses hipotecarios; con lo primero, no se perdería mucho en recaudación, pero con lo segundo sí.
que pague más quien más obtienees mera propaganda, comenzando porque el principio de cualquier ley fiscal –la mexicana incluida– es la equidad (según el ingreso es la pedrada), y en teoría a los que mayores entradas obtienen corresponde una mayor tasa de impuesto sobre la renta, y eso está en la legislación mexicana desde hace ya un buen rato. El problema es que tal principio, en los hechos, el gobierno se lo pasa por el arco del triunfo, y cada año no sólo cancela (vía regímenes tributarios especiales) la posibilidad de recaudar multimillonarias impuestos de los grandes grupos empresariales, sino que todavía a éstos les regresa verdaderas fortunas (la famosa
devolución).
granreforma fiscal sólo resultará en un parche adicional a la de por sí inequitativa estructura fiscal imperante en el país, en el que paga más quien tiene menores posibilidades de evadir legalmente al fisco, quien no tiene
amigosen lugares estratégicos ni los medios para mantenerlos (en el gobierno y en el Congreso) y, en fin, quien ilusamente intenta vivir con el producto de su trabajo.
importador agroalimentario neto, o lo que es lo mismo, que México compra fuera de sus fronteras más alimentos de los que produce internamente, o si se prefiere que el estómago nacional depende de lo que suceda en otras partes (producción, clima, precios, términos de comercialización, etcétera). Y el anuncio fue cortesía de la OCDE, la que advierte que
en las últimas dos décadas México redujo en más de la mitad los subsidios agrícolas, al pasar de 28 por ciento en 1991-1993 a 13 por ciento en 2010-2012, lo que ocurrió a partir de que
reformó sus políticas agrícolas por la liberalización del comercio con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y su ingreso a la Organización Mundial de Comercio(La Jornada, Susana González).
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