3 de septiembre de 2012. Hoy puede ser
un gran día para quienes en las aulas, en los cubículos, en el
sindicato, en las asambleas y en las movilizaciones luchan contra Esther
Orozco, la consentida de Marcelo Ebrard y Elba Esther Gordillo, que
desde su llegada a la rectoría de la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México, en mayo de 2010, ha intentado por todos los medios destruir
esa casa de estudios superiores fundada por el gobierno capitalino de
Andrés Manuel López Obrador en 2001.
Esta tarde, a partir de las 17:30, se
instalará una mesa de negociación entre la señora Orozco y sus
opositores, quienes mantienen tomada la rectoría y cerrado el plantel de
la colonia del Valle desde la semana pasada, exigiendo que se respete
el resultado de las elecciones de consejeros universitarios que se
llevaron a cabo en tres diferentes días de la primera quincena de agosto
y que dejaron en minoría a la protegida de Ebrard y sus secuaces.
Con maniobras cochambrosas –que
seguramente serían elogiadas por las chachalacas del Tribunal
Electoral–,
Orozco invalidó 36 por ciento de los votos emitidos en su
contra y que la habían puesto en clara desventaja, pues antes de asestar
ese golpe, el número de consejeros universitarios que la apoyaban era
de 22 mientras el de sus contrarios ascendía a 33, de modo que
incluyendo su propio sufragio, estaba condenada a perder por 10 tantos
las batallas que pretendía impulsar durante el próximo período de
sesiones del máximo órgano de gobierno de la institución.
Para revertir esa desventaja, impugnó y
descarriló a dos de los tres consejeros académicos que le eran adversos
en el plantel Cuautepec, a siete de los 16 consejeros estudiantiles en
todos los planteles –en los cuales se adjudicó 5 sillas para su causa–
logrando de tal suerte recomponer la situación a su favor con 24
consejeros opositores y 27 leales a ella, quienes con el voto de la
rectora forjaron una estrecha mayoría artificial de cinco tantos.
Después de combatir contra Orozco desde
el segundo semestre de 2010, cuando la señora declaró que la UACM era un
“fraude”, sus profesores unos “vividores” y sus alumnos unos
“inútiles”; después de denunciar los notorios casos de nepotismo en que
incurrió al dar altas responsabilidades a su hija, la cineasta Alejandra
Sánchez, y a su nuera, la actriz Nora Huerta, entre otras personas;
después de ponerla en evidencia como una corrupta que desvió dinero del
Gobierno del Distrito Federal y de la universidad al teatro-cabaret El
Vicio y al grupo teatral Las Reinas Chulas…
Después de demandarla penalmente por la
retención de las cuotas sindicales, de ser víctimas de una política
perversa y antiuniversitaria de despidos selectivos, y de sufrir las
agresiones verbales de los abogados procedentes del Sindicato Nacional
de Trabajadores de la Educación (SNTE) y del Partido Nueva Alianza
(Panal), que llegaron a la UACM como símbolos de apoyo concreto de Elba
Esther Gordillo a su tocaya, después de incontables actos de resistencia
civil pacífica, los opositores a la representante de Ebrad, la
vencieron en las pasadas elecciones de consejeros universitarios, y como
quedó en minoría y obligada a someterse a las decisiones de la mayoría
de la comunidad, le pareció tan fácil como a Peña Nieto y a los
monstruos del Trife, redibujar el Consejo Universitario a su
conveniencia.
Frente a tamaña arbitrariedad, que ahora
sí desbordó el vaso de la tolerancia, los opositores –estudiantes,
maestros y trabajadores administrativos– marcharon la semana pasada
desde el plantel Centro Histórico al de San Lorenzo en la colonia del
Valle, donde al término del mitin tomaron la rectoría y clausuraron el
edificio, demandando que los consejeros legalmente electos y
marrulleramente destituidos, fueran reinstalados en sus puestos dentro
del máximo órgano de gobierno de la UACM.
Orozco, la señora Orozco, se ha negado a
complacerlos. Hoy está citada para hablar con ellos a las cinco y media
de la tarde. Si admite su derrota electoral y permite la reinstalación
de los consejeros, las actividades en la UACM se reanudarán de
inmediato, pero la rectora ya no podrá seguir haciendo lo que se le
pegue la gana: tendrá que someterse democráticamente a las decisiones de
la mayoría. Y en tal sentido se convertirá en una figura decorativa.
Si, por lo contrario, insiste en
desconocer a los consejeros opositores que removió por las malas, todos
los planteles de la UACM entrarán desde esta noche en huelga general
indefinida con una sola exigencia: la renuncia de Orozco. La huelga que
se vislumbra, y que todos podríamos ahorrarnos si la doña dimitiera hoy
mismo, coincide con el paso de la violencia simbólica en las redes
sociales –que hasta anteayer estuvieron saturadas de insultos a los
magiestrajeados del Trife, a las prostitutas del IFE y a la banda de
Peña Nieto– a la rebelión simbólica protagonizada el sábado y el domingo
por #YoSoy132.
El movimiento estudiantil nacional que
surgió el 11 de mayo tras la visita del narcopetón a la Ibero, ocupó el
sábado los palacios municipales de Veracruz y Xalapa, se congregó en el
Zócalo y fue duramente reprimido en el parque Fundidora de Monterrey el
día de ayer. Cabe ahora esperar que los jóvenes convoquen a la toma de
palacios municipales y otros edificios de gobierno en todo el país,
contra la imposición de EPN.
La huelga, que hoy puede estallar en la
UACM, esperó con paciencia y astucia hasta encontrar esta que es la
mejor de las coyunturas.
En espera de buenas noticias, hoy
también estaré en Twitter, en la cuenta @Desfiladero132, por si ocupan. Y
el domingo, váyanse preparando desde ahora, todos al Zócalo con AMLO.
¡No a la imposición! ¡Fuera Orozco! ¡Orozco, Orozco, mejor trabaja en
Cotsco!
Jaime Avilés
Columna publicada con autorización del autor
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