Estamos entrando en periodo de mucha turbulencia e incertidumbre, un momento de muchos peligros, pero también de muchas oportunidades; y dados los peligros que está enfrentando la humanidad (debidos a la crisis mundial del capitalismo), para mí es más importante que nunca comprender al enemigo y su naturaleza, y ese es el objetivo principal del libro, según William I. Robinson.
Apunta que dicha crisis comenzó a vislumbrarse entre 1999 y 2001:
Y me preocupa mucho que es una crisis sin precedente, la cual realmente amenaza con acabar con la humanidad.
Enrique Dussel, William I. Robinson y Pablo González Casanova en la UACMFoto José Antonio López
Las dimensiones del modelo
Posiblemente, estamos llegando al punto sin retorno y no podemos subestimar esta dimensión ecológica y la contradicción capitalismo global y naturaleza.
Otro rasgo novedoso de esta crisis, explicó, es la magnitud de los medios de violencia y de control social y la concentración de estos en manos de muy pocos.
Es increíble esa concentración, tienen la dominación coercitiva, es decir, la represión directa y la dominación ideológica o la dominación consensual, concentrada, como nunca antes, agregó. “Entonces, la guerra se normaliza y hemos llegado a la época de la sociedad vigilada panóptica, la época del control del pensamiento por agentes que controlan la información, la producción, la circulación y la formación de símbolos. Aquí el mundo de (Edward) Snowden es el mundo de George Orwell de 1984. Ya estamos allí”.
Y su última ronda de expansión se da entre 1980 y el siglo XXI; y se incorpora la ex Unión Soviética, China, Cuba, a los países revolucionarios de África, como Angola y Mozambique; se incorpora a zonas que por lo menos tenían cierto margen de autonomía, como Chiapas y la amazonia. Entonces, me pregunto, ¿este sistema a dónde más se va a extender?
Al igual que sus alternantes en la presentación, el sociólogo Pablo González Casanova encomió la síntesis tan bien lograda por Robinson en su libro.
Reconoció que el autor no sólo plantea reflexiones tan profundas que captan lo nuevo en la historia del capitalismo, sino que logra hacerlo a partir de una gran cantidad de autores a los que cita en cada afirmación como referencia.
Durante su intervención, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que es asimismo profesor e investigador emérito, fue enumerando cada capítulo del volumen y haciendo comentarios sobre ellos.
Al referirse a la última parte del libro, en la que se abordan las contradicciones del capitalismo global y su futuro, resaltó cómo el filósofo y sociólogo estadunidense no sólo expone los problemas de las contradicciones y la crisis del sistema, sino que también propone alternativas para encararlos.
Además de coincidir en este último aspecto con González Casanova, el antropólogo y politólogo Juan Manuel Sandoval Palacios, en su intervención, subrayó que el citado libro, en el caso de México, ayuda a entender elementos muy importantes como el Tratado de Libre Comercio y la emergencia de movimientos como el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Por su parte, el filósofo Enrique Dussel, quien es rector de la UACM, reconoció la importancia de la obra de William I. Robinson, ya que
resume la problemática de algo que creemos muy importante: que no es posible hacer una lucha sin una teoría, y por eso es muy importante tener una teoría del capitalismo global.
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Aqui puedes leer el libro: http://www.soc.ucsb.edu/faculty/robinson/Assets/pdf/Una%20teoria%20sobre%20cap%20global.pdf
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William Robinson |
El filósofo y catedrático de la Universidad de California, William Robinson, habló sobre el capitalismo global, el cual, dijo, está en crisis, tal como lo describe en su libro “Una teoría sobre el capitalismo global: producción, clase y Estado en un mundo transnacional”.
“De los años 80 para acá ha habido una polarización global: los ricos se han hecho más ricos, y las clases bajas han ido más hacia la miseria”, expuso Robinson en entrevista con Carmen Aristegui en CNN.
“El libro plantea tres principales puntos: primero, que hay un nuevo capitalismo global; segundo, la crisis actual se podría convertir en crisis sistémica y el tercero es que la élite ha respondido a esta última crisis conforme a tres mecanismos que solo agravan la crisis: en primer lugar, la acumulación militarizada, que consiste en acumular riqueza de forma capitalista, mediante conflictos militares, guerras por razones económicas; el segundo es el saqueo de los presupuestos públicos, pues ha habido traslado de las riquezas de los gobiernos a manos privadas, y el tercero es la especulación financiera y no productiva, que fue lo que causó el colapso en 2008; lo que provoca que suban los alimentos y otros productos”, indicó.
Robinson afirma que la crisis de la humanidad radica en cinco elementos:
1. La crisis ecológica, que es la incapacidad de los capitalistas para aliarse con la ecología.
2. El capitalismo global está llegando a los límites de su expansión; si no hay expansión, el sistema entra en crisis.
3. El alcance de los medios de violencia y su concentración en pocas manos: unos cuantos ya pueden controlar lo que pensamos y lo que tenemos.
4. La polarización social intensa. Ha surgido una población superflua, masa de humanidad expulsada del sector productivo global, como el desempleo, esa masa es una tercera parte de la humanidad.
5. Hay un desfase entre una economía desglobalizada y la actualidad política, que todavía se ejerce a nivel nacional y no a nivel global.
Agregó que “las élites globales están buscando mecanismos de autoridad política transnacionales; en el Foro económico de Davos, hubo muchos discursos de cómo enfrentar la economía mundial. Lo que se requiere es una política global”.
En el capitalismo en América Latina, “el problema es cuando hay gran concentración de poder económico, siempre se produce una influencia política y mina la democracia”, dijo. “No puede haber democracia política con una concentración tan fuerte de recursos económicos. Los gobiernos en América Latina, sobre todo en América del Sur, han usado recursos naturales y los recursos públicos para una redistribución y entonces han estado más protegidos de la crisis global, evitando los estragos más fuertes de la misma. No es un modelo sostenible a largo plazo por cuestiones ecológicas”, indicó.
Finalizó afirmando que ningún país puede quedar fuera del sistema global capitalismo. Que necesitamos mecanismos de redistribución y democratización de la economía y de la política global. Y del petróleo y del gas natural, tenemos que tener un cambio total de la base energética.
[Con información de Aristegui Noticias].
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