¿MICHOCÁN SIN ELECCION?
Reporte Índigo 228
Pretextando la excesiva violencia, el presidente Felipe Calderón cabildea entre líderes políticos y empresariales el primer estado de excepción. Y como primer paso, les pide que se evalúe la cancelación de las próximas elecciones en su estado natal. Propone que el nuevo gobernador sea electo por consenso entre los partidos.
El presidente Felipe Calderón está cabildeando la suspensión de las elecciones para renovar gobernador y ayuntamientos en su natal Michoacán.
Ante líderes políticos y empresariales –locales y nacionales–, el primer mandatario promueve su iniciativa con el argumento de que los niveles de violencia en esa entidad están desbordados.
Y que en esas condiciones, sería muy peligroso entrar en una contienda electoral que podría terminar con un lamentable saldo rojo.
En su lugar, el primer mandatario propone que los partidos políticos decidan en consenso quién debería ocupar la gubernatura en tanto no se restablezcan las condiciones para convocar a nuevos comicios.
De concretarse la iniciativa, sería la primera vez en los tiempos del México moderno que se invocara un estado de excepción que obligara a suspender garantías o derechos ciudadanos.
La propuesta presidencial, que se cabildea con distintos actores a puerta cerrada, está encontrando escaso eco en la clase política y algunas aprobaciones entre la clase empresarial, particularmente la de Michoacán.
Existe, sin embargo, la fundada sospecha de que una vez abierta, la iniciativa podría ser severamente cuestionada por la población. Ello considerando que de facto se conculcarían los derechos electorales de los michoacanos para imponer, desde el Poder Ejecutivo, una autoridad.
Ese estado de excepción, de concretarse, podría ser equiparable –técnicamente– a un golpe de Estado.
LO QUE SE JUEGA EN MICHOACÁN
Michoacán es un emblemático estado en el que coexiste el poder de tres familias: la familia Calderón, la familia Cárdenas y la llamada Familia Michoacana.
Fue la quinta entidad –después del Distrito Federal, Zacatecas, Tlaxcala y Baja California Sur– donde el PRD conquistó una gubernatura. En este caso, con Lázaro Cárdenas Batel, hijo de Cuauhtémoc y nieto del mítico “Tata” Lázaro.
En 2005, la victoria perredista se repitió. Ahora con Leonel Godoy, en cuya administración se han dado tres hechos que sacudieron a la opinión pública nacional.
Uno, fue la entidad a la que en diciembre de 2006, a unos días de asumir su cargo, el presidente Calderón hizo el primer envío de tropas para iniciar la guerra contra el narcotráfico.
Desde entonces, la violencia en ese estado no sólo no ha disminuido, sino que se ha incrementado por la creciente actividad de La Familia Michoacana, el cártel que domina el mercado de las anfetaminas en México y en metrópolis clave de Estados Unidos.
Dos, la detención y encarcelamiento de 27 funcionarios públicos, entre ellos 10 alcaldes, en su mayoría perredistas o simpatizantes, a quienes se acusó de proteger al crimen organizado.
La acusación no pudo sostenerse, y meses después, todos fueron liberados por falta de pruebas o deficiente integración de los expedientes judiciales. A ese capítulo fallido del sexenio calderonista se le conoció como “El Michoacanazo”.
Tres, el desafuero de Julio César Godoy –medio hermano del gobernador perredista Leonel Godoy–, hoy prófugo y a quien se le acusó de recibir apoyo electoral y financiero de “La Tuta”, uno de los más temidos líderes de La Familia Michoacana.
¿‘COCOA’ A MICHOACÁN Y MARGARITA AL DF?
Las elecciones de Michoacán están programadas para noviembre de este año. Y vienen preñadas con un ingrediente inusual.
La que se perfila como candidata del PAN es nada más y nada menos que Luisa María Calderón, alias “Cocoa”, la hermana mayor del inquilino de Los Pinos.
Hay quienes advierten que la urgencia del presidente de suspender las elecciones en su estado natal tendría que ver con la participación de su hermana.
Para nadie es un secreto que Felipe Calderón le debe mucho a “Cocoa”. Gracias a que su hermana sacrificó su carrera para trabajar, el ahora presidente pudo disponer de los recursos para cursar sus estudios universitarios. Y siendo tan entrañable la relación, Felipe Calderón no puede ir contra la voluntad de su hermana, quien tiene méritos políticos suficientes para aspirar a la gubernatura de Michoacán.
Pero más allá del temor de las presunciones de nepotismo, las angustias presidenciales se ubican en la vulnerabilidad que tendría “Cocoa” Calderón como candidata en un estado con elevados índices de violencia.
Una entidad donde los rencores contra el gobierno federal panista cruzan por las pasiones de “La Tuta” y el desafuero del medio hermano del actual gobernador, así como la detención en vano de 10 alcaldes, tiene muchas implicaciones.
El que la hermana del presidente esté haciendo campaña pública en calles y mítines la convertirían en un flanco muy vulnerable que podrían aprovechar quienes sienten que tienen cuentas pendientes con el actual régimen.
Pero existe un ingrediente adicional. Y es Margarita Zavala.
En los últimos días se viene manejando en distintos medios el nombre de la primera dama como una potencial candidata del PAN a la Presidencia de la República.
El propio Calderón aborda el tema en la entrevista que concedió a la actriz Ana de la Reguera en la revista Quien, donde reconoce los méritos de su esposa, pero advierte que su tiempo no es en esta ocasión.
Para la Presidencia de la República, Felipe Calderón tiene razón. Se vería muy forzado que la primera dama se convirtiera en candidata. Una calca de la cuestionada decisión en Guatemala.
Pero, ¿qué tal Margarita Zavala para jefa de Gobierno del Distrito Federal? Méritos los tiene, y de sobra, por su militancia y activismo dentro del PAN. Y luchar por una posición dominada por el PRD, que pocos quieren buscar, sería un acto políticamente heroico.
Además, la popularidad de la primera dama, aun si no ganara en el DF, arrastraría para el PAN muchos votos de un enclave perredista. Y eso sería bueno para la causa de quien fuera el candidato presidencial panista.
Sin embargo, ahí está el detalle. ¿La hermana del presidente para Michoacán y la esposa del presidente para el DF? ¿Que no criticaban tanto el PAN como Felipe Calderón el abierto nepotismo de los presidentes priistas?
Sea como fuere y por la razón que sea, el hecho es que hoy el presidente desearía suspender las elecciones de Michoacán. Pero, ¿cómo hacerlo si ni siquiera en Tamaulipas, donde cayó abatido el candidato priista, se decretó el estado de excepción?
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