La Marina debe decir qué hizo con mi hijo, expresa Socorro MaldonadoFoto Sanjuana Martínez
Domingo 25 de septiembre de 2011, p. 14
Entraron a las cuatro o cinco de la mañana y se lo llevaron, narra María del Socorro Maldonado Lira, vecina de este municipio.
Eran muchos marinos. Nos sacaron de la cama y cuando me llevaron afuera vi que ya tenían a mi esposo y se llevaban a mi hijo entre varios.Desde ese 28 de junio no lo ha vuelto a ver. Se llama René Azael Jasso Maldonado, de 27 años. Los marinos no presentaron órdenes de cateo ni de detención.
Cuando la Marina se llevó a mi hermano, también secuestraron a otros tres muchachos. Este es un pueblo pequeño y nos enteramos de todo. Han plagiado hombres y mujeres; a unos los retienen horas, a otros días. Luego los sueltan golpeados, torturados. A nosotros nos robaron tres celulares, un Nextel y un autoestereo. Estos marinos hasta rateros salieron, comenta Oziel.
Me les atravesé. Le dije a uno: ¡Párese! Ese qué lleva allí es mi hijo. De pura casualidad están ustedes en la parada de taxis donde trabajamos, somos gente decente. Y muy groseramente me contestó: ‘¿Este culero es tu hijo? Si no tiene nada que ver luego te lo regreso’. Y se lo llevaron.”
Tomaron rumbo a Laredo. Llevaban más gente. Vi que llevaban muchachos y muchachas.
Estamos con angustia por no saber si comerá. ¿Qué le hicieron?
visiones. Observó cómo otra gente les imputaba falsos testimonios, y eso lo atribuye a tres taxistas nuevos, piratas, que llegaron a la parada y seguramente por rencillas laborales los denunciaron ante las autoridades. “Tengo 26 años de ser taxista. Ahora resulta que todos somos halcones. ¿De dónde sacan eso? Algunos desgraciados lo hacen, pero uno está al día, viviendo de su trabajo. Que investiguen primero antes de llevarse gente inocente. Mi hijo no cometió ningún delito.”
Los marinos están actuando como delincuentes. Entran a las casas en la madrugada y se llevan a quien quieren. Seguido realizo viajes largos a los ranchos, y al regresar me entra la lloradera. No es fácil superar esto.
Somos la única organización ciudadana que está tomando este tipo de casos. En Sabinas Hidalgo la Marina está desapareciendo mujeres y hombres; hay 16 casos y puede haber muchos más, pero la gente tiene miedo de denunciar. Es sumamente grave. No puede ser que un delito se combata con otro. Es distorsionar la esencia de estos cuerpos, que deben ser de gran prestigio. Ahora están quedando en posición de viles ladrones y matones, afirma Consuelo Morales, monja dedicada a atender a los más vulnerables.
Los testimonios que tenemos de cómo la Marina está secuestrando gente, cómo la está torturando y asesinando son muy graves. Estamos tratando de documentar todos los casos, pero el miedo tiene paralizada a la población. Se han llevado personas, especialmente de la parte norte, concretamente de Nuevo Laredo, Sabinas Hidalgo y Anáhuac. También de Monterrey y otros municipios de Nuevo León. La experiencia que tenemos es que en la mayoría de los casos no liberan a esas personas. Están trayendo mucha desolación.
Decaigo y mis hijos me levantan, pero me estoy acabando poco a poco. Eso no me duele, sino no verlo, no tenerlo. Quiero pedir a la Marina que lo regrese o que diga qué hizo con él, porque esto no es vida. Estoy muerta en vida.
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