TEMA PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA
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Pregúntale a la gente cómo se siente al ponerse más grande y probablemente respondan lo mismo que decía Maurice Chevalier: "La vejez, ponerse viejo, no está tan mal si se considera la alternativa".
Así abre un artículo publicado en The Economist bajo el título: "la edad y la felicidad". Aquí se reproduce gran parte del contenido del mismo.
Renacer pese a los malos indicios
Si bien es cierto que al subir en edad se pierden algunos tesoros, como la vitalidad, la agudeza mental y el aspecto físico, también se debe considerar que se gana en otros terrenos. Fundamentalmente, se está más cerca de la felicidad.
Y su caso no es una excepción. Más bien podría hablarse de que es la regla.
Es así que la séptima década del hombre, que simbolizaba el fin de la vida para otras épocas, ya no es lo que era entonces. Ahora muchos ven con agrado como se da un repunte en su vida, lo que se define o grafica en forma de "U".
De todos modos, cabe aclarar que ese punto bajo de infelicidad puede variar según el país.
Hipótesis sobranSegún detalla The Economist, la tendencia de la felicidad en forma de "U" está presente en muchos contextos diferentes.
Sin embargo, resulta difícil encontrar una explicación convincente. De hecho, la de la muerte prematura no resulta muy ilustrativa.
Otra posible argumentación es que el efecto "U" responde a fenómenos externos. Los ciclos de la vida afectan a la gente de manera indubitable: a los 40 años se suele tener hijos adolescentes y la convivencia puede ser ríspida.
O bien, para la visión más economicista, se puede considerar que cuando se envejece, se tiene más dinero.
Tal vez, la hipótesis más verosímil es que el repunte de la felicidad parece estar más relacionado con factores internos que externos.
Entre otras cosas, cuando se es más grande hay menos posibilidades y opciones para elegir. Y esto permite llegar a mejores soluciones para el conflicto, reduciendo las disyuntivas.
Asimismo, a medida que se va creciendo se va mejorando en el control de las emociones, lo que permite aceptar mejor las miserias y estar menos predispuestos a la angustia.
Al envejecer, comienza a ganar cada vez más vigor un lema saludable: "No puedes agradarle a todo el mundo todo el tiempo".
El tiempo propio
Laura Carstensen, profesora de psicología de la Universidad de Stanford, señala otro factor a tener en cuenta: "hay una capacidad humana única de detectar la propia muerte y monitorear los horizontes de la vida".
La analista comenta: "Cuando la gente joven mira a los viejos, piensa que debe ser algo terrible llegar a esa edad. Pero, sin embargo, los más grandes tienen claro y saben distinguir, entre otras cosas, cuáles son las cosas verdaderamente importantes".
Una ayuda a la salud
Pensar que uno adquiere un estado de mayor aceptación es también un punto a favor de la salud.
Es sabido que tener un plafón de felicidad genera un mayor grado de fortaleza física y hace menos factible enfermarse.
Sucede que los economistas convencionales usaban el hecho de disponer de bienes como una medida de la felicidad. Sin embargo, éste no era un reflejo fiel de tal situación, por lo que ahora muchos intentan encontrar nuevas maneras de mensurar ese estado.
Y estas ideas ya han llegado al plano político. Por ejemplo, en el pequeño reino de Bhutan, situado entre India y China, ya se aplica el concepto de Gross Nacional Hapiness (GNH).
Sería algo así como el Producto Bruto de Felicidad, para ponerlo en un paralelismo con las estadísticas económicas más conocidas.
Lo novedoso es que allí el GNH es tenido en cuenta a la hora de hacer gestión de políticas tanto como se consideran los factores medioambientales.
En sintonía con esta tendencia, David Cameron anunció que el Gobierno británico comenzaría a recolectar estadísticas sobre la vida en Inglaterra relativas al bienestar y a la felicidad.
Cabe destacar que la tarea no es tan difícil como suena. De hecho, hay bastante información al respecto, como la que producen el American General Social Survey, el Eurobarometer y Gallup.
- Cuáles son los logros obtenidos
- Cómo se siente el individuo en un momento particular de su vida.
- Los neuróticos, caracterizados por la culpa, la angustia y la ansiedad, tienden a ser infeliz.
- Los estudios que supervisan a la gente durante varios años muestran que el neurotismo tiene un cuadro estable de personalidad y puede convertirse en un buen predictor de niveles de felicidad.
- La gente neurótica no sólo está propensa a los sentimientos negativos: también tiene tendencia a un bajo nivel de inteligencia emocional, lo cual no le facilita el manejo de sus relaciones, y eso los hace infelices.
- Mientras que los neuróticos tienden a ubicarse del lado sombrío, la extroversión es el extremo contrario.
- Aquellos que disfrutan del trabajo en equipo y de las fiestas tienden a ser más alegres que aquellos que se encierran en sus oficinas durante el día y que se refugian en sus casas al caer la tarde.
Otros aspectosIgualmente, hay situaciones especiales a considerar. Estar casado ofrece a la gente una base de buen ánimo. A su vez, estar desempleado supone una inevitable melancolía.
Pero, ¿más dinero es más felicidad? Si bien hay que ver cómo es la cuestión, lo cierto es que esto no siempre es así.
En conclusión, medir la felicidad no siempre es algo sencillo y los criterios muchas veces varían. Pero si hay algo que queda en claro es que hay dos posturas diferencias.
En este sentido, se debe considerar que el momento a partir del cual empieza el repunte de la alegría justamente es visto por muchas miradas cortas como el comienzo del ocaso.
En cambio, los que responden al esquema de la "U" creen que la vida recién empieza y aseguran que el momento de más sonrisas se da después de los 46.
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